Sin embargo, la población española es actualmente poco practicante en su conjunto: según el mismo estudio, el 62,1% de quienes se autodefinen como creyentes de alguna religión dicen no ir "Casi nunca" a oficios religiosos no relacionados con eventos sociales y el 11,7% dice ir varias veces al año. El 13,9% dice acudir a oficios religiosos casi todos los domingos y días festivos y apenas un 2,7% dice que va varias veces por semana.[1]
A continuación veremos brevemente algunos casos de las relaciones del hecho religioso con el poder público, en Europa:
Ciudad del Vaticano, es la sede mundial de la más numerosa iglesia del cristianismo, su jefe de Estado Francisco es a la vez líder máximo de la Iglesia Católica,[4][5][6] Su Secretario de Estado es el CardenalPietro Parolin y su Gobernador es el Cardenal Giuseppe Bertello; su cuerpo diplomático está conformado por nuncios que también cumplen funciones religiosas. Francisco ejerce su soberanía mediante la Curia romana, constituyéndose este Estado en una teocracia.[7]
Dinamarca. El rey Federico X de Dinamarca es la autoridad suprema de la Iglesia del Pueblo Danés, siendo esta la religión del Estado, el parlamento danés es la autoridad legislativa de la iglesia y el Ministro de Asuntos Eclesiásticos Birthe Rønn Hornbech es la máxima autoridad administrativa de la Iglesia del Pueblo Danés.[9]
La Iglesia Evangélica Luterana será la Iglesia establecida de Dinamarca y, como tal, será apoyada por el Estado.
Reino Unido. EL rey es el Gobernado supremo de la Iglesia de Inglaterra, siendo esta la religión del Estado, la Iglesia de Inglaterra posee un cuerpo legislativo, el Sínodo General, las resoluciones del Sínodo deben ser aprobadas por el Parlamento del Reino Unido antes de recibir el consentimiento real y convertirse en parte de la ley inglesa; la Iglesia posee también su propio sistema judicial, conocido como Las Cortes Eclesiásticas, que forman parte del sistema judicial británico.
Malta. La religión del Estado es la Iglesia católica como se establece en el artículo 2 de la Constitución.[11]
Irlanda. Es un Estado confesional católico, su presidente Michael D. Higgins pertenece a la Iglesia Católica.
Mónaco. El Príncipe de MónacoAlberto II de Mónaco es católico, y según el artículo 9 de la Constitución el Principado es católico, apostólico y romano, siendo la religión del Estado.[12]
Turquía. Su presidente Recep Tayyip Erdoğan es musulmán al igual que el 90% de sus ciudadanos, siendo la mayoría los sunnitas como su presidente, la escuela hanafí es organizada por el Estado, a través de la Dirección de Asuntos Religiosos, que controla todas las mezquitas y clérigos musulmanes.
Andorra. Su Constitución hace mención explícita de la Iglesia católica, a la que garantiza "el ejercicio libre y público de sus actividades y el mantenimiento de las relaciones de colaboración especial con el Estado, de acuerdo con la tradición andorrana"; el arzobispo cátolico Joan-Enric Vives es el Copríncipe de Andorra.
Luxemburgo. Reconoce varias confesiones religiosas como oficiales del Estado, llegando a financiarlas e influir en la designación de sus ministros religiosos, una de estas es la Iglesia Católica que es mayoritaria, siendo la iglesia del Gran duque de LuxemburgoEnrique de Luxemburgo y de la gran familia ducal.
Croacia. Existe un concordato con la Santa Sede y 14 acuerdos más con otras iglesias, que les otorgan privilegios tales como efectos civiles de los matrimonios religiosos, obligatoriedad de la enseñanza pública de la religión, y la financiación estatal de algunas iglesias; su primer ministro Andrej Plenković es católico.
Polonia. Existe un acuerdo de 1993 con la Santa Sede, que le otorga privilegios a la Iglesia Católica; su presidente Andrzej Duda es católico como las mayorías del país.
Suiza. Los cantones pueden apoyar a una o a varias iglesias con subvenciones públicas. En algunos cantones se aplica oficialmente el impuesto eclesiástico.
Azerbaiyán. Su presidente İlham Əliyev es musulmán chiita.
Rumania. El presidente Klaus Iohannis pertenece a la Iglesia ortodoxa rumana.
Austria. Concordato de 1933. Su presidente Alexander Van der Bellen es luterano, aunque predomina el catolicismo: de hecho, su canciller Sebastian Kurz es católico.
Francia. Tanto su presidente Emmanuel Macron como su primer ministro Édouard Philippe son católicos; fue firmado un acuerdo educativo con la Santa sede en 2008.
Finlandia. Su presidente Sauli Niinistö pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana.