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Rudolf Firkušný (pronunciación en checo: /ˈrudolf ˈfɪrkuʃniː/; Napajedla, 11 de febrero de 1912 – 19 de julio de 1994) fue un pianista checo, nacionalizado estadounidense.
Firkušný nació en la región de Moravia. Su hermano mayor, Leoš Firkušný, llegó a ser un importante musicólogo. Fue alumno de los compositores Leoš Janáček y Josef Suk, y del pianista Vilém Kurz. Posteriormente, recibió lecciones de los grandes solistas Alfred Cortot y Artur Schnabel. Comenzó a dar conciertos en la década de 1920. Debutó en Londres en 1933 y en Nueva York en 1938. Ante el auge del nazismo, en 1939 huyó a París y finalmente se terminó instalando en Nueva York. Consiguió la nacionalidad estadounidense.[1]
Firkušný tenía un amplio repertorio y destacó en la interpretación de Mozart, Beethoven, Schubert, Schumann, Chopin, Brahms, Músorgski o Debussy. Con todo, fue especialmente reconocido por sus versiones de obras de compositores checos, como Smetana, Dvořák, Janáček o Martinů (quien escribió numerosas obras dedicadas expresamente para él). De Dvořák tocó a menudo su Concierto para piano en sol menor (el único que compuso), que interpretó por todo el mundo y grabó varias veces (en dos ocasiones acompañado por la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Rafael Kubelík y Václav Neumann). Al principio de su carrera tocaba este concierto en una versión revisada por su profesor Kurz y modificada por el propio Firkušný; después, recuperó la partitura original de Dvořák.
Firkušný tenía un gran prestigio entre sus colegas. Vladímir Horowitz, por ejemplo, elogió su interpretación de la música de Schubert.[2] Para el crítico musical y profesor de piano David Dubal, Firkušný fue el pianista checo más importante del siglo XX.[3]
Firkušný pudo actuar en su patria tras la Revolución de Terciopelo de 1989 y la caída del régimen comunista. Llevaba más de cuarenta años de ausencia y su regreso fue visto como un gran acontecimiento cultural, comparable a la sensación que causó la vuelta del director de orquesta (y amigo de Firkušný) Rafael Kubelík. Uno de los conciertos memorables que dio en la República Checa fue el dedicado a sonatas para violín y piano de Dvořák, Janáček, Brahms y Beethoven que interpretó el 18 de mayo de 1992 junto al violinista Josef Suk, que era nieto de su antiguo profesor, el compositor homónimo Josef Suk, y bisnieto del propio Dvořák. Tocó dos veces en el Festival de la Primavera de Praga. En 1946 interpretó el Concierto para piano de Dvořák y en 1990 el Concierto para piano n.º 2 de Martinů.
Murió en Staatsburg, Nueva York, en 1994.[5] Años después, sus cenizas, junto con las de su esposa Tatiana Nevolová Firkušný, fueron trasladadas a la República Checa y depositadas en 2007 en un lugar prominente del Cementerio Central de Brno, próximas a las de su primer maestro Janáček y contiguas a la tumba del compositor Jan Novák.
En 2012, para conmemorar el centenario del nacimiento de Firkušný, la Academia de Música y Artes Escénicas Janáček de Brno realizó distintos actos, en los que intervinieron antiguos alumnos de Firkušný, que habían recibido sus clases en la Escuela Juilliard de Estados Unidos.
El Festival de la Primavera de Praga, en 2013, instituyó el Festival de Piano Rudolf Firkušný.
Haydn: Sonatas para piano n.º 33 y 59 (BBC Legends)
Janáček: Concertino para piano, 2 violines, clarinete, fagot y trompa; Capriccio para piano y conjunto de viento, con instrumentistas de la con la Orquesta Filarmónica Checa, dirigidos por Václav Neumann (Supraphon)