Sekban | ||
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País | Imperio otomano | |
Tipo | unidad militar | |
Los sekban eran mercenarios de origen campesimo en el Imperio otomano.[1] El término sekban inicialmente se refería a unidades militares irregulares, particularmente sin armas de fuego, pero terminó siendo usado para referirse a cualquier fuerza militar fuera del ejército gubernamental regular.[2] Los sekban no sólo fueron contratados por el estado sino que también fueron empleados por cualquiera que les pagara un salario suficiente.[3]
Estas tropas eran mantenidas a través de un impuesto llamado sekban aqçesi.[4] Eran reclutados en elevado número, llegando a formar la mayor parte de los ejércitos imperiales.[4] La dependencia de este tipo de tropas trajo sin embargo graves consecuencias para el imperio: el fin de las hostilidades en la guerra contra Persia en 1590 y de la guerra contra Austria en 1606, dejaron un gran número de sekban sin ocupación,[4] llevando a muchos de estos soldados al bandidaje y bandolerismo y causando desolación en gran parte de Anatolia entre 1596 y 1610.[4]
Las rivalidades entre los jenízaros y los sekban finalmente conllevaron una rebelión. Después de la derrota de los jenízaros en el frente rumelio, estos marcharon contra Estambul en 1687 para deponer a Mehmed IV.[1] Este sultán nombró a Yeğen Osman Aga, un sekban de origen humilde que había llegado a comandante, responsable de suprimir la revuelta jenízara. Yeğen Osman fracasó, causando la expulsión del trono de Mehmed IV.[1]
Su sucesor, Suleiman II, continuó la política de su predecesor, nombrando a Yeğen Osman gobernador-general de Rumelia, lo que servía como principal cargo militar. Yeğen Osman, por entonces era pachá e intentó ser nombrado gran visir. El visir contrarrestó el movimiento prohibiendo las tropas sekban y purgando las fuerzas armadas, lo que trajo otra guerra civil.[1]
Los sekban salieron reforzados de dicha guerra civil pero Yeğen Osman fue capturado y ejecutado. Esto no acabó con las rebeliones sekban rebeliones y en 1698 el sultán les prometió garantías legales a cambio de su desmovilización. El incumplimiento de los acuerdos trajo la continuación de las revueltas sekban durante el siglo XVIII.[1]