Synanceia verrucosa | ||
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Estado de conservación | ||
Preocupación menor (UICN)[1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Actinopterygii | |
Orden: | Scorpaeniformes | |
Familia: | Synanceiidae | |
Género: | Synanceia | |
Especie: |
S. verrucosa Bloch & J. G. Schneider, 1801 | |
Synanceia verrucosa es una especie de pez escorpeniforme de la familia Synanceiidae. Esta especie marina es comúnmente conocida como «pez piedra» ya que se asemeja a una roca. Habita principalmente en la región Indo-Pacífica, en Australia, Filipinas, e Indonesia.[2]
Se le considera el animal marino más venenoso del mundo,[2][3][4] junto con las demás especies del género Synanceia, ya que posee unas espinas que desprenden neurotoxinas capaces de generar en el ser humano una parálisis temporal, inflamación en los tejidos, conmoción, paro cardiorrespiratorio, arritmia cardiaca, coma, entre otros. Si la picadura no se atiende de manera inmediata, la persona puede llegar a morir en cuestión de minutos.[5]
Synanceia verrucosa vive principalmente sobre el Trópico de Capricornio. Es la especie más extendida en la familia de los peces piedra, y es conocida por habitar las aguas marinas tropicales poco profundas de los océanos Pacífico e Índico, desde las Filipinas hasta la Gran Barrera de Coral.
También hay pruebas que demuestran que Synanceia verrucosa frecuenta el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo. Un espécimen adulto fue capturado en 2010 cerca de Yavne, Israel.[6] También se encuentra en los arrecifes de coral. Puede camuflarse en las rocas y plantas donde descansa.
El pez piedra es el pez más venenoso del mundo. Su área dorsal está formada por 13 espinas, cada una de las cuales tiene dos sacos de veneno. Las espinas son afiladas y rígidas y se sabe que pueden perforar la planta de los pies, así como también, la suela de los zapatos.[7]
Los efectos del veneno incluyen dolor intenso, reacciones de estrés agudo, parálisis y muerte del tejido. Una gran dosis de veneno puede ser fatal para los seres humanos, generalmente los niños pequeños, los ancianos y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados. El tratamiento médico incluye el antiveneno. Un anestésico local puede reducir el dolor. También se recomienda la inmersión del miembro afectado en agua caliente.