La teomática es un estudio numerológico pseudocientífico que pretende hallar mensajes ocultos en el texto hebreo (Tanaj) y griego (Septuaginta) de la Biblia, basándose en el método de la gematría y la isopsefía. Los defensores de esta técnica afirman que su supuesta existencia demuestra la intervención directa de Dios en la escritura de la Biblia, en la que introdujo un complejo diseño matemático.[1] Sin embargo, esta teoría es objeto de controversia y no ha sido demostrada fehacientemente.[2]
El término «teomática» fue inventado por Del Washburn en 1976 combinando, a modo de portmanteau, la palabra griega Θεός, Dios, con matemáticas en su libro Theomatics: God's Best Kept Secret Revealed, sus continuaciones[3] y su página web,[4] donde expone sus hipótesis.
La teomática es una técnica diferente a la usada para hallar el presunto código secreto de la Biblia, que usa una metodología de secuencias equidistantes de letras. La teomática, en cambio, aplica valores numéricos a cada una de las letras del alefato y del alfabeto
Los defensores de esta hipótesis no demostrada postulan que el análisis numérico de la Biblia revela patrones numéricos no explicables por la casualidad ni el azar.[2]
Los postulados de la teomática han sido ampliamente analizados y criticados, desde el estudio publicado bajo el pseudónimo de «A. B. Leever»[5] al de Kurt Fetterlschoss, especialista en estadística alemán,[6] que afirmó que «las observaciones de la teomática son significativamente no aleatorios».[7]
Este presunto descubrimiento llevó a Del Washburn a afirmar que la teomática proporcionaba «datos firmes y conclusivos».[8] Una respuesta crítica a tal «hallazgo» fue publicada posteriormente por A. B. Leever.[9]
En otro estudio, titulado La teomática desacreditada (Theomatics Debunked),[10] critica las afirmaciones de Washburn desde una perspectiva atea.
La página web de Washburn dispone de una sección, «Scientific Proof»[1] en la que contesta a todos los argumentos esgrimidos contra la teomática.
La teoría sigue siendo objeto de controversia, si bien ninguna Iglesia cristiana de envergadura la ha dado como totalmente válida.[2] La teomática y sus posibles consecuencias sirvieron como base para el guion de la película The Omega Code (Rob Marcarelli, 1999).[11]