La toxicidad aguda (en inglés Acute toxicity) describe los efectos adversos de una sustancia que son consecuencia de una sola exposición[1] o de múltiples exposiciones en un corto espacio de tiempo (normalmente menos de 24 horas). Para ser descrita como toxicidad aguda los efectos adversos deben ocurrir dentro de los 14 días de la administración de la sustancia.
La toxicidad aguda se distingue de la toxicidad crónica, la cual describe los efectos adversos de exposiciones repetidas sobre la salud, a menudo, a niveles bajos de una sustancia sobre un largo período (meses o años).
Se considera no ético usar humanos para las pruebas en la búsqueda de la toxicidad crónica o aguda. Sin embargo, se aprovecha cierta información obtenida de exposiciones accidentales en humanos. La mayoría de los datos proceden de experimentación con animales, o más recientemente, pruebas in vitro e inferencia estadística de datos de sustancias similares.[1][2]
El valor más referenciado en la industria química es el LD50 .
Cuando una persona ha estado expuesta a una dosis de toxicidad aguda de una sustancia, puede ser tratada de muchas maneras para minimizar los efectos nocivos. Obviamente, la gravedad de la respuesta se relaciona con la gravedad de la respuesta tóxica. Estos métodos de tratamiento incluyen (pero no se limitan a):