Una trenza francesa, también llamada trenza de raíz, es un tipo de peinado que recoge el pelo a lo largo del cuero cabelludo, desde la parte superior de la cabeza hasta las puntas.
La forma más simple de realizar una trenza de tres mechones es dividiendo todo el cabello en tres secciones, que luego se entrelazan cerca del cuero cabelludo. Sin embargo, una trenza francesa empieza con tres pequeños mechones de cabello en la parte de la coronilla, que se entrecruzan una sola vez. A continuación, se repite lo mismo con mechones nuevos, hasta que hemos recorrido, de la coronilla hasta la nuca, todo el cuero cabelludo. El resultado final de este sofisticado peinado es que todo el cabello queda recogido en una elegante trenza. Si, antes de comenzar, se divide el cabello en dos o más partes y estas se mantienen separadas, se pueden crear múltiples trenzas francesas independientes.
En comparación con la trenza básica, la francesa tiene muchas ventajas prácticas: permite sujetar los cabellos de la parte superior de la cabeza que son demasiado cortos para llegar a la altura de la nuca y, además, reparte el peso y la tensión que ejerce la trenza por todo el cuero cabelludo. Sin embargo, hacer una trenza francesa presenta mayor dificultad que una trenza convencional debido a su mayor complejidad. En primer lugar, si nos hacemos la trenza a nosotros mismos, las manos trabajan durante más tiempo en la parte superior de la cabeza y, en segundo lugar, puede dejar el cabello más enredado, ya que, al hacerla, intervienen más mechones que en la trenza clásica.
El término french braid aparece por primera vez en inglés en el año 1871, en un número de la revista femenina estadounidense Arthur's Home Magazine. Concretamente, aparece en un relato corto de ficción en el que se describe este estilo como un peinado nuevo (... “recógete el cabello en esa nueva trenza francesa”...).[1] Pero aquel texto no contenía ilustraciones, por lo que es imposible saber si se referían al mismo peinado tal y como se conoce hoy en día.
Sin embargo, de acuerdo con las bases de datos oficiales, no se tiene constancia de que se utilizase este término en español hasta un siglo después, concretamente en el año 1996. El término “trenza francesa” aparece documentado en la novela de la autora puertorriqueña Esmeralda Santiago titulada El sueño de América, publicada en Barcelona ese mismo año.[2]
Algunas de las variantes de este peinado son: