Túpac Katari | ||
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Túpac Katari representado en una acuarela anónima de c. 1784-1806 del Virreinato del Río de la Plata.[1] | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Julián Apaza Nina | |
Nacimiento |
1750 Pueblo de Ayo Ayo, Sica Sica, Corregimiento de La Paz, Provincia de Charcas, Virreinato del Perú, Imperio español | |
Fallecimiento |
15 de noviembre de 1781 (31 años) Peñas, Corregimiento de La Paz, Provincia de Charcas, Virreinato del Río de la Plata, Imperio español | |
Causa de muerte | Desmembramiento | |
Etnia | Aimara | |
Lengua materna | Aimara y español | |
Familia | ||
Padres | Nicolás Apaza y Marcela Nina | |
Cónyuge | Bartolina Sisa | |
Familiares | Gregoria Apaza (hermana menor) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Comerciante | |
Conocido por | Caudillo rebelde aymara que luchó en el Alto Perú | |
Título | Inca Rey de los Aymaras, Virrey del Inca | |
Julián Apaza Nina, más conocido como Túpac Katari, Túpaj Katari, o simplemente Katari (Pueblo de Ayo Ayo, Corregimiento de La Paz, Virreinato del Perú, 1750-Corregimiento de La Paz, Virreinato del Río de la Plata, 15 de noviembre de 1781) fue un caudillo de origen aimara, hijo de un minero en las minas de Potosí.
Nació en el año de 1750, hijo de Nicolás Apaza y Marcela Nina. Quedó huérfano muy joven y su tío el curaca Manuel lo entregó al servicio del párroco de Ayo Ayo, convirtiéndose en monaguillo, luego sacristán y finalmente campanero.
Posteriormente trabajó dos años como peón en la mina de San Cristóbal, de Oruro, al principio como barretero y luego acarreando trozos de mineral. Allí conoció el sufrimiento de otros indígenas y comenzó a proclamar la necesidad de rebelarse.
Se trasladó a Sica Sica donde trabajó como panadero para el capitán español Bolaños, allí se casó con una joven llamada Bartolina Sisa.
Más tarde fue comerciante trajinante minorista hasta La Paz, estudiando la forma de pensar de los indígenas, mestizos y cholos, observando especialmente su descontento creciente ante la explotación colonial.[2]
Fue apoyado en su lucha por su esposa, Bartolina Sisa y su hermana menor Gregoria Apaza.
Adoptó el seudónimo de Túpac Katari en homenaje al cacique-Inca rebelde Túpac Amaru II (1738-1781) que se levantó en Cuzco, y Tomás Katari (1740-1781), cacique de Chayanta.
Animado por el levantamiento indígena en la región, consiguió hacerse de miles de seguidores. A pesar de su sencilla condición, pues no pertenecía a ninguna familia de caciques, logró gran estima entre los indígenas del Alto Perú.
Túpac Katari formó un ejército de cuarenta mil hombres y se dirigió a la ciudad de La Paz con la intención de destruirla, no logró derrotar a los defensores españoles y puso sitio a La Paz evitando que ingresen alimentos, esperando que los habitantes se rindan y abran las puertas de la ciudad. Entre sus más allegados estaban Bonifacio Chuquimamani, que actuaba como secretario del líder indígena, y Pedro Obaya que decía ser sobrino de Túpac Amaru II.
Katari rechazaba la autoridad colonial y quería expulsarla a toda costa, pero no ocurría lo mismo con la Iglesia católica, pues durante su campaña celebró las festividades de Corpus Christi, la Invención de la Santa Cruz y hasta la Semana Santa donde le lavó los pies a 12 compañeros indígenas imitando las acciones de Jesucristo, entre sus más leales consejeros estaba el sacerdote de Huarina, Julián Bustillos, que acompañó a Katari hasta sus últimos días. Otros sacerdotes decidieron enfrentar a Katari, como lo hizo Sebastián Limachi, sacerdote de Guaqui que fue ahorcado por orden del líder indígena.
En junio, Katari supo del avance de un ejército español al mando de Ignacio Flores con 1500 hombres bien armados, entonces el líder indígena planea atacarlo en el camino y deja a cargo del asedio de la ciudad a su esposa, Bartolina Sisa. La decisión de atacar al ejército español y dejar a su esposa a cargo del asedio de la ciudad fue un desastre, Bartolina Sisa había sido capturada, además de Chuquimamani y Obaya, todos prisioneros dentro de la ciudad, mientras los indígenas eran derrotados por las tropas de Flores en Calamarca. Katari tuvo que retirar a su ejército y la ciudad fue liberada a finales de junio de 1781.
El ejército indígena volvió a atacar la ciudad de La Paz cuando vieron que las tropas de Flores dejaban la región a causa de las pocas provisiones para alimentar a la tropa. La ciudad fue sitiada nuevamente en agosto de 1781. Pero la situación era diferente en esta ocasión, Katari tuvo que compartir el mando con Andrés Túpac Amaru que logró una gran victoria en el Sitio de Sorata y que mantenía una relación sentimental con la hermana de Katari, Gregoria Apaza. Resulta que Amaru se sentía muy superior al ser descendiente del inca Túpac Amaru I, mientras que Katari no tenía orígenes nobles. Esta rivalidad quedó plasmada cuando cada uno decidió hacer su propio campamento para sitiar la ciudad de La Paz.
El 29 de septiembre Andrés Túpac Amaru se retiró a Azángaro convocado por Diego Cristóbal Túpac Amaru, dejó a cargo de su ejército a Miguel Bastidas. El 17 de octubre de 1781 un ejército español al mando de José de Reseguín consiguió liberar la ciudad y el ejército indígena se dividió en dos, una parte siguió a Bastidas hacia Peñas y otra siguió a Katari hacia Achacachi donde tenía planeado reorganizar sus fuerzas. En ese contexto el virrey Agustín de Jáuregui aprovechó la baja moral de los rebeldes para ofrecer amnistía a los que se rindieran, lo cual dio muchos frutos, incluyendo algunos líderes del movimiento.
El 3 de noviembre se firmaron las Paces de Patamanta donde se consiguió que los 20000 indígenas de Peñas aceptaran el perdón de la Corona española y abandonaran la lucha. Túpac Katari no había aceptado la amnistía y todavía reorganizaba sus fuerzas dispersas, se encaminó a Copacabana para castigar al cacique de aquella región que nunca quiso apoyarlo, pero en el camino fue traicionado por Tomás Sisa López que lo entregó a los españoles en la noche del 9 de noviembre de 1781.
Como recompensa moral de los esfuerzos y sacrificios que tuvieron que soportar los españoles de la ciudad de La Paz, por cédula real del 20 de mayo de 1784, a la ciudad de La Paz le fue otorgada el título de "noble, valerosa y fiel" (fiel al rey de España, se entiende).
Siendo preso Tupac Katari se formó pronto un tribunal para condenarlo, el encargado fue el Oidor Francisco Tadeo Díez de Medina y su sobrino el fiscal José Mariano Sanjurjo.
El juez, quien lo condenó a morir descuartizado y en su sentencia indicó:[cita requerida]
"Ni al rey ni al estado conviene, quede semilla, o raza de éste o de todo Tupaj Amaru y Tupaj Katari por el mucho ruido e impresión que este maldito nombre ha hecho en los naturales... Porque de lo contrario, quedaría un fermento perpetuo..."
La tradición oral aimara indica que las últimas palabras de Katari fueron:
"Volveré y seré millones"
Tupac Katari murió descuartizado en la plaza de Peñas el 14 de noviembre de 1781. Se le cortó la cabeza y fue enviada a La Paz donde fue expuesta en la plaza principal y luego colocada en el cerro de Killi Killi, su brazo derecho fue expuesto en Ayo Ayo y luego en Sica Sica, su brazo izquierdo fue mostrado en Achacachi, su pierna derecha en Chulumani y su pierna izquierda en Caquiaviri.
Tupac Katari tuvo un único hijo con su esposa Bartolina Sisa:
En Bolivia, el 15 de julio de 2005 el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé declaró (mediante Ley n.º 3102) «Héroe y Heroína Nacional Aymara a Julián Apaza y Bartolina Sisa».[4]
En Argentina, en el marco de los festejos del Bicentenario se inauguró el 25 de mayo de 2010 una Galería de los Patriotas Latinoamericanos, en el que Bolivia está representada por retratos de Túpac Katari, Pedro Domingo Murillo y Bartolina Sisa. La muestra pictórica está ubicada en el denominado "Salón de los Héroes del Bicentenario", en la Casa Rosada.[5]
El primer satélite de telecomunicaciones de Bolivia, cuyo fin es apoyar iniciativas educativas y mantener la seguridad del Estado, lleva su nombre.[6][7]
Desde 2019, fue incorporado en el nuevo diseño del billete de 200 Bolivianos.