Sarvangasana | ||
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Sarvangasana es una postura invertida practicada en el hatha yoga. | ||
En castellano | postura de la vela | |
En sánscrito | sarvāṅgāsana | |
Nivel | intermedio[1] | |
Sarvangasana (en sánscrito: सर्वाङ्गासन, AITS: sarvāṅgāsana) o postura de la vela es una asana invertida del hatha yoga. Es una postura de nivel intermedio por lo que se requieren haber practicado previamente otras asanas de nivel básico.
Existen numerosas posturas de hatha yoga. No todas tienen la misma importancia. Las posturas meditativas sentadas y las inversas (cabeza abajo) son con mucho las más conocidas y eficientes. Los practicantes del hatha yoga recomiendan que si una persona no tiene tiempo para dedicarle, es mejor concentrarse todos los días en el mismo āsana.
Según los que enseñan yoga, la postura llamada “la vela” recoge el 80% de los beneficios de las otras.
Su nombre sánscrito es sarvāngāsana: ‘la postura de todos los miembros’ (sarva: todo, anga: ‘miembro’, āsana: ‘postura’).[2][3]
Principales posturas inversas: Sarvangasana, Sirshasana, Kapalasana.
Se trata de una pose vertical, con la cabeza y los codos en el suelo, las manos tomando la espalda a la altura de los riñones y las piernas rectas. Para practicarla, se puede utilizar un tapete flexible pero no demasiado blando.
Según los practicantes de la meditación sentada (en posición de loto u otra), la concentración mejora si antes se practica la Vela.
Es conveniente practicar esta postura de manera progresiva, aumentando la duración cinco minutos cada día. Al terminar, inclinar las piernas hasta el suelo y acostarse en el piso en decúbito dorsal (acostado sobre la espalda). Esperar dos minutos en esta posición con el fin de equilibrar de nuevo la masa sanguínea. A veces se experimenta un hormigueo en los pies, debido al retorno de la circulación normal. Los sadhus (ascetas) que acuden al kumbha mela —reunión de yoguis, en Prayag (India)— pueden mantener esta misma posición durante tres horas o más.
Algunos individuos familiarizados con el sarvāngāsana y en buenas condiciones de salud, la pueden practicar de una sola vez sin problemas durante una hora o una hora y media.
Las contraindicaciones son: personas con la columna vertebral deformada, con hipertensión severa, con envenenamiento de la sangre y con el estómago lleno.
Un estudio en Bombay, India, publicado el 2013 evaluó el posible papel de la terapia de yoga como complemento de la terapia farmacológica convencional. Un grupo de treinta pacientes varones con asma bronquial en el grupo de edad de treinta a cuarenta años fue seleccionado y atendieron a una sesión de una hora diaria durante 6 meses en donde practicaron meditación, pranayamas, mantras y se ejercitaron en las siguientes posturas: Suptaveerasana, Suptabaddhakonasana, Vipareetdandasana, Merudandasana, Kapotasana, Sarvangasana y Shavasana. Se compararon los resultados de las pruebas de función pulmonar antes y después de tres meses de terapia de yoga, pero la mejora no fue estadísticamente significativa. Se compararon los resultados de las pruebas de función pulmonar antes y después de seis meses de terapia de yoga; y si hubo una mejora estadísticamente significativa. El estudio concluyó que el yoga tiene un efecto beneficioso en los pacientes con asma bronquial y, por lo tanto, la terapia de yoga se puede sugerir como un complemento de la terapia farmacológica convencional para los pacientes de asma bronquial. Asimismo, el estudio sugirió qua terapia de yoga puede ayudar a reducir las dosis de las medicamentos pero se necesitan llevar a cabo estudios adicionales.[4]