Vincenzo Foppa (c 1427/30-1515-6) fue un pintor renacentista italiano.[1]
Nació en las proximidades de Brescia, ciudad entonces parte de la República de Venecia, y se estableció en Pavía alrededor de 1456. Trabajó allí para los duques de Milán y Zanetto Bugatto fue uno de sus principales colaboradores. También fue muy activo en Bérgamo. Retornó a Brescia en 1489.
En su formación influyeron tanto pintores locales como Jacopo Bellini y Andrea Mantegna, como se refleja en su primera obra documentada, Los tres crucifijos o El Calvario, de 1456.
En Liguria, incorporó elementos del arte flamenco y del provenzal. Posteriormente asimiló características del Bramante, el Bramantino y Leonardo da Vinci. Fue reconocido por sus perspectivas y escorzos.
A Foppa se lo considera el pintor más importante de su época en Lombardía y el fundador de la Escuela Temprana de Lombardía. Si bien existían comunidades artísticas en Pavía y Milán antes de su llegada, su trabajo dio al arte lombardo una identidad renovada. Entre 1460 y 1480, influenció la pintura lombarda y los documentos contemporáneos dan testimonio de su reputación entre sus mecenas y la comunidad artística.[2] Confiaba en su capacidad para recibir comisiones y a menudo se iba de una ciudad con obras sin terminar para buscar trabajo más interesante o más lucrativo en otro lugar. Existe evidencia de que, en ocasiones, lo exhortaron o presionaron para que realizara más obras triviales que no le interesaban.[3]
En varios artistas se ve su influencia, entre ellos, Vincenzo Civerchio, Ambrogio Bergognone y Girolamo Romanino. Su influencia posterior se vio algo disminuida debido a la llegada de Leonardo da Vinci a Milán en 1482. Pese a que fue un pintor prolífico, gran parte de su obra se ha perdido.[2]