La expresión contempla y engloba una especial filosofía de vida, de querer siempre obtener alguna ventaja, de querer siempre recorrer la línea de mínima resistencia y mayor comodidad, la que en algunas zonas tanto de Argentina como de Paraguay y Uruguay se extiende en todos los niveles socioeconómicos, priorizándose este aspecto respecto de cuestiones éticas, morales, y de principios.[2][9] El concepto así expresado es conocido también como «criollada» en Perú,[10][11] además que se asemeja regionalmente al «jeitinho brasileiro», expresión de uso corriente en Brasil,[12] y la «malicia indígena» en Colombia.[13]
Falta de respeto para otros e indiferencia al bien común, en un marco de intereses principalmente individuales o a lo sumo familiares.[2]
Existencia de una notoria corrupción política y administrativa, más o menos extendida en todas las instituciones nacionales, y bajo muy diversos aspectos, y entre otros, apropiación de fondos públicos por parte de funcionarios y jerarcas deshonestos, favoritismos de todo tipo, mala administración de recursos estatales, atención de cuestiones personales y familiares desde los propios puestos de trabajo, nepotismo etc.[2] Ello incluye el soborno a las autoridades.
Individualismo extremo con mezcla de confianzas y desconfianzas e incluso de intrigas, y con cierta ligera capacidad de cooperación y acompañamiento en objetivos socio-comunitarios, con la finalidad tal vez de parecer otra cosa, o de desviar la atención, o de intentar lavar las propias culpas[2] (la confianza en las personas es un componente clave de capital social, que es crucial para el desarrollo económico y el apropiado funcionamiento de las instituciones democráticas, pero si el mismo falla y en forma generalizada, todo se derrumba).[2] Esto incluye el establecimiento de pautas; reglas o indicaciones de cómo deben actuar u operar terceros en beneficio de una autoridad o persona de poder.
Ley del mínimo esfuerzo.
Anomia o debilitamiento de la moralidad, y frecuentes desviaciones sociales, como el punto de partida de la general aceptación de un comportamiento anómalo de la sociedad.[2]
Hábito generalizado de culpar a los otros y/o a las circunstancias como forma de disimular los propios errores.[2]
↑ abPeeters, Bert; Mullan, Kerry; Sadow, Lauren (2020). «Viveza Criolla, Vivo and Boludo». Studies in ethnopragmatics, cultural semantics, and intercultural communication : meaning and culture(en inglés). pp. 34-56. ISBN978-981-329-975-7. OCLC1125323216. Consultado el 16 de septiembre de 2022. «Argentines lay claim to viveza criolla, but rightly so do Venezuelans, in whose country the same word with a similar meaning has wide currency. In Brazil, viveza's counterpart takes the form of jeitinho, in Peru, of criollada and, in Colombia of malicia indígena.»
↑Thieroldt Llanos, Jorge (1 de diciembre de 2001). «La cultura chicha como un nuevo y desconcertante nosotros». Debates en Sociología (25-26): 187-211. ISSN2304-4284. doi:10.18800/debatesensociologia.200125-26.009. Consultado el 2 de septiembre de 2024. «[Achorado es una palabra] con la que frecuentemente señalamos a los individuos que, en su afán de salvar el día a día, hacen gala de un gran ingenio y utilizan cualquier recurso que tienen a mano; características, estas últimas, de los sectores populares de la ciudad que, de acuerdo con lo planteado por Sinesio López, dotaron en gran parte el significado del término criollo, lo que quedó registrado en la frase “viveza criolla”».
↑Lovón Cueva, Marco Antonio (30 de junio de 2018). «El legado lingüístico del fujimorismo». Boletín de la Academia Peruana de la Lengua (63): 88. ISSN2708-2644. doi:10.46744/bapl.201801.003. Consultado el 3 de septiembre de 2024. «[La] locución verbal (“pasar la yuca”) se popularizó cuando los medios de comunicación recordaron una escena televisiva en la que Alberto Fujimori aparecía levantando el tubérculo como una acción simbólica de vincularse con la población y cumplir con sus promesas».