El xilano es un polisacárido constituido por una cadena lineal de residuos de xilosa y diversas ramificaciones y sustituciones. El xilano es el polisacárido más abundante después de la celulosa. La corteza de los árboles y la paja contienen hasta 30% de xilano, la madera de coníferas 7-12% y la de árboles de hojas caducas 20-25%. La cadena consta de 30-100 unidades de β-D-xilopiranosa con enlaces 1,4-glicosídicos. Algunos xilanos también presentan arabinosa, glucosa, galactosa y glucuronato en ramas laterales unidas al C3 de la xilosa.[1]
El xilano es el componente mayoritario de la hemicelulosa.[2] Las hemicelulosas consisten en polímeros de pentosas —xilosa, arabinosa—, hexosas —glucosa, manosa, galactosa—, o ácidos urónicos —glucurónico, galacturónico—. Son sustancias de soporte o de almacenamiento en las plantas.[3]
El xilano es degradado más rápidamente que la celulosa. La β-1,4-endoxilanasa y la β-xilosidasa son las enzimas responsables de la hidrólisis de la cadena principal. Representan los principales componentes del sistema xilanolítico, produce xilosa, xilobiosa y oligómeros de 2 a 6 unidades. Muchos organismos producen exoenzimas capaces de degradarla. En los suelos neutros o alcalinos predominan Bacillus, Sporocytophaga, Clostridium y otras bacterias, y en los ácidos, los hongos filamentosos.