El áureo (aureus, en latín, plural aurei) era una moneda en la antigua Roma de oro, equivalente a 25 denarios de plata. Fue emitido regularmente desde el siglo I a. C. hasta el siglo IV d. C., cuando fue sustituido por el sólido bizantino (solidus). El áureo tenía aproximadamente las mismas dimensiones del denario, aunque mucho más pesado debido a la mayor densidad del oro.
A partir de la época de Julio César, el áureo pasó a ser acuñado con más frecuencia. César también fijó el peso de la moneda en 1/40 de la libra romana, aproximadamente el equivalente a 8 gramos. Durante el reinado de Nerón, el peso del áureo fue reducido a 1/45 de la libra.
Bajo Marco Aurelio, la producción de áureos declinó, y con Caracalla fue devaluado de nuevo su peso hasta 1/50 de la libra.
Fue sustituido por el sólido en 309, durante el imperio de Constantino I, aunque hasta el año 350 se siguió acuñando en ocasiones especiales.