Acropora | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Cnidaria | |
Clase: | Anthozoa | |
Subclase: | Hexacorallia | |
Orden: | Scleractinia | |
Familia: | Acroporidae | |
Género: |
Acropora Oken, 1815 | |
Especie tipo | ||
Millepora muricata Linnaeus, 1758 | ||
Especies | ||
Véase texto | ||
Sinonimia | ||
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Acropora es un género de corales de la familia Acroporidae, orden Scleractinia.
Su esqueleto es macizo y está compuesto de carbonato cálcico. Tras la muerte del coral, su esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes en la naturaleza, debido a que la acción del CO2 convierte muy lentamente su esqueleto en bicarbonato cálcico, sustancia ésta asimilable directamente por las colonias coralinas. En este sentido, las especies de este género (Acropora spp.) son las principales constructoras de arrecifes del planeta. Entre las especies de Montipora y las de Acropora, suman más del tercio del total de especies coralinas constructoras de arrecifes.[1]
Es el género de corales más grande en términos de especies: ciento treinta y nueve especies nominales, y otras 27 sobre las que todavía existen dudas sobre su reconocimiento, nomen dubium,[2] aunque algunos autores hablan de cerca de 400 especies.
El Registro Mundial de Especies Marinas acepta las siguientes especies vivientes, valorando la UICN su estado de conservación:[3]
Cualquier especie de Acropora puede variar su forma de crecimiento por su localización, condiciones ambientales, edad, tamaño, estación, etc. Así pues, la forma de crecimiento de la colonia de Acropora que se pretenda identificar, puede tener o no una forma de crecimiento típica de la especie, lo cual hace muy difícil su identificación, que por lo general solo puede hacerse bajo el microscopio observando el esqueleto. Pueden crecer en alguna de las siguientes formas:
Los pólipos de la Acropora son muy pequeños y presentan 12 tentáculos normalmente, aunque pueden tener hasta 24.[4] Los tentáculos poseen unas células urticantes denominadas nematocistos, empleadas en la caza de presas microscópicas de plancton.
Su coloración varía según la especie y las condiciones ambientales de ésta. El color de cada espécimen se debe a la combinación del color marrón de las zooxantelas, y los pigmentos contenidos en sus tejidos. En el caso de A. digitifera y A. muricata, por ejemplo, los pigmentos proteínicos azul y rosa que presentan les son característicos.[4][5]
Estos pigmentos azul y rosa, observados también en la familia Pocilloporidae, no son fluorescentes, mientras que otros pigmentos detectados color marrón oscuro o verdoso, van asociados con frecuencia a gránulos fluorescentes. Se han detectado gránulos fluorescentes en las especies A. palifera, A. muricata, A. horrida, A. hyacinthus, A. millepora, A. humilis, A. valida y A. intermedia, habiendo constatado altas concentraciones de estos pigmentos fluorescentes en individuos expuestos a alta intensidad lumínica.[6]
La gama de colores abarca la práctica totalidad, siendo más comunes el marrón, verde, violáceo o azul.
El esqueleto es poroso y ligero, y se compone de las siguientes partes:
Suelen vivir en arrecifes localizados en los mares tropicales (a una latitud situada entre 30ºN y 20ºS), en zonas poco profundas, 0 a 40 m, bien iluminadas y cercanas a las costas. Aunque también se encuentran en lagunas y zonas protegidas del arrecife, mayoritariamente se dan en zonas de fuertes corrientes.
Se distribuyen en todo el Indo-Pacífico tropical, desde las costas orientales de África hasta las costas americanas del Pacífico. En el océano Atlántico ocurren en la costa americana tropical, y tan sólo 3 especies: A. cervicornis, A. palmata y A. prolifera.
Los pólipos contienen algas simbióticas llamadas zooxantelas. Las algas realizan la fotosíntesis produciendo oxígeno y azúcares, que son aprovechados por los pólipos, y se alimentan de los catabolitos del coral (especialmente fósforo y nitrógeno).[8] Esto les proporciona entre el 75 y el 95 % de sus necesidades alimenticias. El resto lo obtienen atrapando plancton microscópico y materia orgánica disuelta en el agua.
En general alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 5 años, con un diámetro de sus "ramas" entre 4 y 7 cm.
Se reproducen asexualmente mediante gemación, y sexualmente, lanzando al exterior sus células sexuales. En este tipo de reproducción, la mayoría de los corales liberan óvulos y espermatozoides al agua, siendo por tanto la fecundación externa. No obstante, algunas especies mantienen el óvulo en su interior (cavidad gastrovascular) y es allí donde son fecundados. Los huevos una vez en el exterior, permanecen a la deriva arrastrados por las corrientes varios días, más tarde se forma una larva plánula[9] que, tras deambular por la columna de agua marina, y en un porcentaje de supervivencia que oscila entre el 18 y el 25 %, según estudios de biología marina,[10] cae al fondo, se adhiere a él, y se metamorfosea a forma pólipo. A continuación comienza su vida sésil, secretando un esqueleto, o coralito, para, posteriormente, formar la colonia mediante la división de los pólipos por gemación.