Aquilino Duque Gimeno (Sevilla, 6 de enero de 1931-Sevilla, 18 de septiembre de 2021) fue un poeta y escritor español.[1] Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1974.[2]
Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, amplió estudios en las universidades de Cambridge (Trinity Hall) y la Universidad Metodista del Sur en Dallas, Texas. Narrador, poeta y ensayista, Aquilino Duque fue autor de libros como De palabra en palabra (Premio Leopoldo Panero del Instituto de Cultura Hispánica y Fastenrath, de la Real Academia Española) o El Mono azul (finalista del premio Nadal 1973 y Premio Nacional de Literatura (1974). Fue autor también de obras fundamentales como El mito de Doñana y El suicidio de la Modernidad. Desde 1981, fue miembro de número de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Como funcionario internacional residió en Ginebra y en Roma y viajó por diversos países de Asia, África y América.
Impartió cursos de Literatura española contemporánea en las Universidades de Sevilla y Chapel Hill, y ha pronunciado conferencias en las Universidades de Cambridge, Sevilla, Villanova, Brynn Mawr, Swarthmore, Delaware, Chicago, Roma, Pensilvania, Georgetown, La Rábida, Málaga, Mar Menor, Oviedo, Guadalajara (Jalisco), Graz (Austria) así como en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Palacio de las Naciones de Ginebra, el Instituto Británico de Sevilla, la Academia de España y el Instituto Español de Roma, así como en los de Nápoles y Londres y, posteriormente, en las sedes del Instituto Cervantes en Viena, Múnich y Utrecht. En los últimos años impartió varias conferencias en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, presentado un libro en el Liceo Galvarino Riveros, de Castro (Chiloé) y recibido un "doctorado honoris causa por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega", de Lima.
Abiertamente reaccionario, en el sentido de que elabora una erudita y perspicaz crítica de la modernidad. Ha elogiado con matices el fascismo y las figuras de Francisco Franco, Benito Mussolini y Augusto Pinochet, pero también celebra la figura de liberales como Alberto Jiménez Fraud o Francisco Giner de los Ríos, fundador de la ILE. En El suicidio de la modernidad distingue entre liberalismo político y liberalismo moral.
Se incluye a sí mismo en el bando de los «vencedores» de la guerra civil española, y considera la democracia como una «religión falsa».[3]