El término broletto arengario o simplemente broletto designa el recinto donde se solían realizar las asambleas ciudadanas y la administración de la justicia en las ciudades lombardas a partir del siglo XI. Posteriormente el término se usó para designar el palacio del cónsul, del podestà y genéricamente el ayuntamiento.[1]
El broletto se construía con la planta baja abierta mediante un pórtico para permitir la presencia de los ciudadanos y para administrar la justicia en presencia de numerosas personas, mientras que en la planta superior se encontraba una gran sala para las reuniones del Consejo General.[1]
Habitualmente se trata de edificios del siglo XIV, con arcos de medio punto o apuntados según la época y construidos en piedra o ladrillos según la zona. Tienen dos plantas, la inferior, que habitualmente es un pórtico abierto donde se celebraban asambleas del pueblo o el mercado, y la superior, donde hay amplias estancias con ventanas grandes donde se celebraban las reuniones de las juntas o donde daban audiencia los jueces.[2] A menudo estas estructuras se encuentran cerca de la iglesia principal de la ciudad debido a la estrecha relación entre el mundo laico y el eclesiástico característica de esta época.
Se encuentran ejemplos destacables de broletti en las siguientes ciudades: