Camilo Torres Tenorio | ||
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Miembro de la Suprema Junta de Gobierno del Nuevo Reino de Granada | ||
1792-1811 | ||
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Presidente del Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada de Colombia | ||
27 de octubre de 1812-5 de octubre de 1814 | ||
Predecesor | Antonio Nariño, como Secretario del Congreso | |
Sucesor | José María del Castillo | |
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Presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada | ||
15 de noviembre de 1815-22 de junio de 1816 | ||
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Elector de la Constitución de Cundinamarca por Capilla del Sagrario de Bogotá | ||
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Información personal | ||
Nombre completo | Camilo Torres Tenorio Herreros Carvajal | |
Nacimiento |
22 de noviembre de 1766 Popayán, Virreinato de la Nueva Granada | |
Fallecimiento |
5 de octubre de 1816 (49 años) Santafé, Virreinato de Nueva Granada | |
Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Nacionalidad | Colombiana | |
Familia | ||
Cónyuge | Francisca Prieto y Ricaurte | |
Educación | ||
Educado en | Universidad del Rosario | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político y abogado | |
Firma | ||
Camilo Torres Tenorio (Popayán, 22 de noviembre de 1766-Bogotá, 5 de octubre de 1816) fue un abogado, intelectual, y político de nacionalidad Colombiana, que encabezó el movimiento de la primera independencia de la Nueva Granada, hoy Colombia, de la cual fue presidente. Por su capacidad oratoria, pasó a la historia como El Verbo de la revolución político y patriota colombiano. Cuarto hijo (primer varón) de una familia de nueve hermanos, fue su padre el español Francisco Jerónimo de Torres, comerciante, minero y propietario de vastas extensiones territoriales al sur de Neiva, en la costa del Pacífico y en Popayán, casado con la payanesa María Teresa Tenorio.
Era hijo del español Jerónimo Francisco de Torres Herreros, natural de Lambreras (Castilla la Vieja, España), y la payanesa María Teresa Tenorio y Carvajal. Estudió en el Real Colegio Seminario San Francisco de Asís, conocido posteriormente como Real Colegio de San Francisco de Asís, de su ciudad natal, plantel en el que aprendió latín, griego, retórica, matemáticas, filosofía y teología, estudios que complementó en Bogotá en el Colegio Menor de Nuestra Señora del Carmen, donde recibió el grado de Bachiller en Filosofía. Estudió Derecho Canónico en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario hoy Universidad del Rosario.
Fue el más eminente de los abogados del país en su época y recibió el título de Abogado de los Reales Consejos, expedido por la Corona española. Asumió la defensa, entre otros, de Francisco Antonio Zea y Eloy Valenzuela, procesados por su presunta participación en la Revolución de los Pasquines. Su éxito como abogado lo llevó a tener clientes en ciudades por fuera del Virreinato, como Lima.
Durante una de las famosas tertulias que se celebraban habitualmente en la casa de doña Manuela Sanz de Santamaría de Manrique en Bogotá, Torres conoció a María Francisca Prieto y Ricaurte, prima de la anfitriona. Era hija de don Joaquín Prieto y Dávila y doña Rosita Ricaurte Torrijos. Contrajeron matrimonio en la catedral de Bogotá el 4 de julio de 1802[1] y pasaron la luna de miel en Fusagasugá. Después, se instalaron en una casa bogotana frente al Observatorio Astronómico, donde nacieron los seis hijos de la pareja.
El primer hecho que relaciona a Camilo Torres con el ambiente político que se vivía en el Nuevo Reino de Granada tuvo un lugar tras la traducción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del francés al castellano, hecha por Antonio Nariño (Santafé, 1793). La publicación de este texto originó el cierre de la tertulia «El Arcano Sublime de la Filantropía», supuso la cárcel y el exilio para algunos granadinos y la apertura de un proceso seguido contra varios alumnos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, entre los que se contó a Camilo Torres. Allanada su biblioteca, se encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara.
En 1808 cuando Napoleón impuso en el trono español a su hermano José y encarceló al rey de España y la noticia llegó al Virreinato de la Nueva Granada el 14 de enero de 1809, Camilo Torres se opuso, y lo manifestó en diferentes espacios.
En 1809 se inmortalizó con su Memorial de Agravios,[2] una crítica al gobierno español y a la falta de oportunidades para el acceso de los criollos, nobles y adinerados a los cargos de decisión en la Nueva Granada. El documento nunca llegó a su destinatario, que era la Junta Suprema Central de España (que se hallaba entonces en Sevilla, de ahí que Torres dirija su memorial a la «junta de Sevilla»), organismo que asumía la soberanía nacional en nombre del rey Fernando VII secuestrado en aquel momento en Bayona, y sólo vino a ser publicado varias décadas después de la muerte de Torres. En este documento se destacaba su carácter de apoyo a la corona con requisitos de igualdad para criollos, más que de ser un documento en pro de la independencia de las colonias
A partir del establecimiento de la junta de gobierno, participó activamente de ésta, así como en sus eventos protocolarios, como integrante de la junta se intuye redactor y revisor de sus numerosos decretos donde se redujeron las ventajas tributarias con que contaban los indígenas en la colonia, la eliminación de los resguardos y el veto al voto a las clases pobres.
El 22 de diciembre al instalarse el primer congreso de las provincias de la Nueva Granada en Santafé, como representante de la provincia de Pamplona, se opuso activamente a la entrada del representante de la provincia de Sogamoso, la cual recientemente había declarado su autonomía de la de Tunja.
El quince de noviembre de 1815 fue elegido presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. El 12 de marzo de 1816, tras la derrota parcial de las tropas de Custodio García Rovira en Cachirí y la definitiva en El Socorro, renunció al gobierno junto con el gobernador de Cundinamarca, José María García Hevia. En su reemplazo fue elegido dictador José Fernández Madrid.
Durante este período, conocido como la Patria Boba, se constituyó como líder de los nazistas , quienes abogaban por convertir a las Provincias Unidas en una federación, en contraposición a los centralistas, encabezados por Antonio Nariño, quienes propugnaban un sistema unitario gobernado desde Santafé.
Conocidos los planes del General español Pablo Morillo de concretar la Reconquista de los territorios sublevados, Torres organiza en 1816 su huida en compañía de su familia. Se establecen inicialmente en El Espinal, actual departamento del Tolima. Allí se quedaron su esposa y sus hijos, mientras él continuaba su viaje hasta Popayán en compañía de su hermano Jerónimo y de su secretario privado.
La tropa del General Pablo Morillo alcanzó primero a la familia de Torres y fue así como el Comisionado de la Junta de Secuestros, Antonio Hernández, confiscó todos los recursos con los que la señora de Torres contaba en ese apartado paraje. Morillo ordenó que tanto la esposa como los hijos de Torres fueran traídos a Santafé de manera inmediata, orden que fue cumplida con celeridad por los lugartenientes del militar español.
Por su parte, Torres se encontraba en alguna localización entre Popayán y el puerto de Buenaventura en julio de ese mismo año (1816) cuando fue capturado por las fuerzas de Morillo. A pesar de las influencias de su familia, Torres es enviado a Santafé y fusilado entre la noche del 4 y la madrugada del 5 de octubre del mismo año, dentro del régimen del terror del plan de Morillo. Junto a él murieron en el patíbulo el Conde de Casa Valencia, don Manuel Rodríguez Torices y don José María Dávila.
El cuerpo de Torres fue desmembrado por las extremidades, que se ubicaron en las cuatro entradas de la ciudad para horrorizar a la población, y su cabeza, cuyo rostro había sido desfigurado por las balas, fue colocada en una lanza en la plaza para mayor escarnio público. Sus restos nunca fueron encontrados.
La familia de Torres sufrió posteriores hostigamientos que se tradujeron en una nueva confiscación de sus bienes materiales, en ese momento aún cuantiosos. Hay memoria de que la señora de Torres entregó hasta un dedal de oro que poseía.[3]
En un giro trágico del destino, viuda e hijos del abogado más destacado de la Nueva Granada pasaron de la opulencia a vivir de la caridad pública hasta que, años después, Simón Bolívar decidió enmendar esta penosa situación. Bolívar profesaba un enorme respeto por Torres y sentía una deuda de gratitud hacia él por el apoyo que había recibido de su parte años atrás. Es célebre la siguiente carta de Bolívar:
«Excelentísimo señor Vicepresidente de la RepúblicaEncargado del Poder Ejecutivo.
Presente.-
Excelentísimo señor:
La viuda del más respetable ciudadano de la antigua República de la Nueva Granada se halla reducida a una espantosa miseria, mientras yo gozo de treinta mil duros de sueldo. Así he venido en ceder a la ciudadana Francisca Prieto, mil pesos anuales de los que a mí me corresponden. En consecuencia, sírvase vuestra excelencia ordenar que se satisfaga la mesada correspondiente, descontándoseme a mí. Dios guarde a V.E. muchos años.
Bolívar
Cuartel General de Bogotá, a 6 de noviembre de 1821».[3]
El extenso archivo de Torres estuvo entre lo poco que se salvó de todos los bienes que le fueron confiscados al prócer y a su familia. Este vasto acervo documental, compuesto por casi 24,000 manuscritos y documentos impresos, fue transferido por la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universidad Javeriana al Archivo Histórico de dicho centro educativo tras la donación que hiciera el sacerdote jesuita José Rafael Arboleda, pariente del prócer, al morir en 1992. La colección ocupa 179 legajos o carpetas y sus documentos abarcan una línea de tiempo que va de 1585 a 1914.[4]
La memoria de Camilo Torres ha sido honrada en Colombia de diversas maneras:
Predecesor: Antonio Nariño |
Presidente de la Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada 15 de noviembre de 1815 a 14 de marzo de 1816 |
Sucesor: Manuel de Bernardo Álvarez |