Demogorgon

Demogorgon en la Cueva de la Eternidad de Hendrick Goltzius.

En la Antigüedad se conoce como Demogorgon o Demogorgón[1] (de daimon, «genio» y georgos, «que trabaja la tierra») a una entidad mistérica con rasgos de deidad suprema y primordial,[1]​ creador de la Tierra[2]​ y también un demon asociado al inframundo o infierno.[3]​ Demogorgon es especialmente mencionado por literatos del Renacimiento. Su nombre procede probablemente de una mala interpretación o traducción que hizo un copista desconocido de un comentario sobre Lactancio Plácido: «Demogorgon» no es más que un término deformado que proviene de «demiurgo», el vocablo original. A pesar de que posee una clara influencia de la mitología clásica lo cierto es que también tiene raíces en el neoplatonismo y el mitraísmo.[4]​ Los mitos y narraciones en los que aparece Demogorgon acaso pudieran entenderse bajo el prisma de la pseudo-mitología.[5]

Etimología

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Los orígenes del nombre demogorgon no están del todo claros, aunque probablemente nos encontremos con una interpretación errónea del griego δημιουργόν (dēmiourgón, caso acusativo de δημιουργός, «demiurgo») basada en las variaciones manuscritas de la primera referencia explícita conocida en Lactancio Plácido.[6]Boccaccio, en su influyente Genealogia deorum gentilium, cita una obra hoy perdida de Teodoncio y la reconocida fuente bizantina de ese maestro «Pronápides el ateniense» como autoridad para la idea de que Demogorgon es el precursor de todos los dioses. El historiador del arte Jean Seznec concluye que «demogorgon es un error gramatical, convertido en dios».[7]

Entre las variantes del nombre citadas por Ricardus Jahnke figuran las latinas demoirgon, emoirgon, demogorgona, demogorgon, y el primer editor crítico Friedrich Lindenbrog conjeturó en 1600 que "δημιουργόν" era el prototipo. Varias otras teorías sugieren que el nombre se deriva de una combinación de las palabras griegas δαίμων daimon ('espíritu' dadas las connotaciones cristianas de 'demonio' a principios de la Edad Media), y γοργός gorgós ("rápido") o Γοργών, Gorgṓn (Gorgona), los monstruos de la mitología griega antigua que aparecen por primera vez en la Teogonía de Hesíodo.

Naturaleza filosófica

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Demogorgon es el símbolo de la Naturaleza bajo cuya denominación se le representa y la divinidad madre, esposa o hija de Júpiter. En la Artemisa de Éfeso se vio que sus emblemas ofrecían la Naturaleza con todas sus perfecciones. Por este motivo la antigüedad admitió y sostuvo la creencia de que existía un dios particular de la naturaleza humana, el cual por lo que parece debió ser el que conocemos con el nombre de Genio. En el sistema del platonismo, del que habla Virgilio en sus bellos y armoniosos versos copiados y comentados por Spinoza, es la Naturaleza, el Supremo Hacedor, el dios que reúne en sí mismo todos los seres.

El historiador y mitógrafo francés Jean Seznec determina en Demogorgon una alusión al Demiurgo («Artesano» o «Hacedor») del Timeo de Platón.

En el drama lírico del Prometeo liberado de Percy Bysshe Shelley Demogorgon es el vástago de Júpiter y Tetis que acaba destronando a Júpiter. Nunca se menciona si Demogorgon, representado como un espíritu oscuro e informe, es femenino o masculino. La teoría de que el nombre de Demogorgon procede de los griegos demos y gorgos puede ser la base de su uso en este texto como alusión a un pueblo políticamente activo y revolucionario.[8]

También existe un poema homónimo, Demogorgon, escrito por Fernando Pessoa. El autor invoca a Demogorgon en su lírica pues teme volverse loco al conocer la verdadera naturaleza y desvelar el misterio de la vida.

Fuentes tempranas

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Demogorgon es mencionado por primera vez en la Tebaida de Estacio, que menciona al «ser supremo del triple mundo» (triplicis mundi summum). En un manuscrito, el autor dice de Estacio: Dicit deum Demogorgona summum, cuius scire nomen non licet («habla del Demogorgón, el dios supremo, cuyo nombre no está permitido conocer», o acaso «habla de un dios, Demogorgón el supremo»). Antes de Lactancio, ningún escritor, pagano o cristiano, menciona en ninguna parte al supuesto «demogorgón».

En la Alta Edad Media, demogorgon aparece mencionado en las Adnotationes super Lucanum del siglo X, una serie de breves notas a la Farsalia de Lucano que se incluyen en los Commenta Bernensia, los "escolios de Berna sobre Lucano".

En Boccaccio

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El Demogorgón de Boccaccio se menciona como dios «primigenio» en bastantes textos renacentistas, y el autor lo interpreta etimológicamente como «Demon-Gorgon», es decir, «demon del terror» o «dios de la tierra». Demogorgón es un ser primitivo, sin ningún origen, padre de los dioses y el origen de todo el universo. Según Teodoncio y Boccaccio es un anciano desaseado y cubierto de musgo, escuálido y desfigurado que tiene su morada en el seno de la Tierra, su hija , donde tiene por compañeras a la Eternidad (Aeternitas) y el Caos (Chaos). Demogorgón, aburrido y cansado de la soledad, se hizo una pequeña bola o globo sobre el cual se sentó y lanzándose por los aires dio una vuelta alrededor de la tierra: de este modo formó el Cielo, su otro hijo.

Dice Boccaccio que de la tierra o bien de los montes Acroceraunios, esto es, «heridos por el rayo», Demogorgón sacó una enorme bola de el fuego que envió al cielo para iluminar el mundo; así quedó formado el Sol, y más tarde se unió en matrimonio con la Tierra. Demogorgón recibió de los arcadios todo género de adoraciones con un respeto tal que no les era lícito pronunciar su nombre. Demogorgón fue padre en total de nueve hijos e hijas: «Litigio [Discordia], Pan, Cloto, Láquesis, Átropo, Polo [Cielo], Fitón [Fanes], Tierra y Érebo».[1]

Asociación con el infierno

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Fueron los autores cristianos quienes asociaron a Demogorgon con el infierno. Su carácter ctónico ya fue alabado en El paraíso perdido, cuando dice «Orco y Ades y el terrible nombre de Demogorgon». Nótese, sin embargo, que Milton no se refiere al infierno como tal, sino de una región informe donde el Caos gobierna con la Noche. En el poema épico Satanás atraviesa esta región cuando viaja del infierno a la tierra.[3]​ El nombre de Demogorgon había sido invocado anteriormente por el doctor Fausto cuando invoca a Mefistófeles con un encantamiento en latín.[9]Johann Weyer (siglo XVI) describió a Demogorgon como el amo del destino en la jerarquía del infierno.[10]​ Según una obra menor de Ariosto, Demogorgon posee un espléndido palacio o templo en las montañas de Imavo (actual Himalaya), donde cada cinco años convoca a las Parcas y a los genios para que comparezcan ante él y rindan cuentas de sus actos. Su cónclave no parece otra cosa más que un aquelarre.[11]​ Demogorgon también es mencionado por Edmund Spenser como «el gran Gorgón, príncipe de la oscuridad y de la noche de los muertos, ante el cual Cocito tiembla y Estigia huye».[12]​ Incluso en Moby Dick la ballena blanca es llamada «el demigorgon (sic.)» de la «tripulación pagana» del barco.[13]

En la cultura contemporánea

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  • Demogorgon, en la franquicia de Dungeons & Dragons, es acaso el más poderoso de los príncipes demoníacos (demon prince), unas poderosas criaturas que casi rivalizan con los dioses, y que moran en el plano exterior del Abismo, la tierra natal de los demonios. Demogorgon está asociado a los muertos vivientes. Se le representa como un enorme tanar'ri (un tipo de demonio) hermafrodita, reptiliano (o anfibio), de dieciocho pies de altura y forma humanoide. Dos cabezas de mandril o hiena brotan de sus cuellos gemelos en forma de serpiente, y sus brazos terminan en largos tentáculos. Sus dos cabezas tienen mentes y nombres individuales.
  • Demogorgon es el nombre que recibe la criatura de otro mundo que aparece en la serie original de Netflix Stranger Things, que comenzó a emitirse en 2016. Este nombre está inspirado en la criatura de Dungeons & Dragons.

Véase también

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Referencias

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  1. a b c Boccaccio: Genealogie Deorum Gentilium, libro I
  2. Demogorgon, como creador del planeta Tierra, aparece en una historia corta de 1766 de manos de Voltaire, titulada El sueño de Platón.
  3. a b John Milton: El paraíso perdido II, 966
  4. J. François, Le Scoliaste de la Thébaïde de Stace, Mémoire de licence, Liège, 1936, p. 82. R.D. Sweeney (ed., Lactantii Placidi in Statii Thebaida commentarii libri XII (Stuttgart/Leipzig: Teubner) 1997).
  5. H. J. Rose, Handbook of Greek Mythology. Sobre el concepto de la pseudo-mitología dice que «el mitólogo [...] debe compartir el disgusto del historiador cuando se da cuenta de que la inmensa mayoría de ellos [los mitos] no son genuinas tradiciones populares nativas, sino relatos relativamente tardíos y artificiales, elaborados por griegos o bajo influencia griega».
  6. Jahnke 1898, Sweeney 1997, Solomon 2012
  7. Seznec, Jean (1940). La Survivance des dieux antiques. Publicado por Bollingen. Traducido por Sessions, Barbara. Princeton, New Jersey: Princeton University Press (publicado en 1972). págs. 221–222.
  8. Red Shelley (1981), crítica política del reportero Paul Foot.
  9. Escena III de la La trágica historia del doctor Fausto (1590) de Christopher Marlowe.
  10. Rudwin, Maximilian (1970) [1931]. The Devil in Legend and Literature (2nd ed.). New York: AMS Press. p. 80. ISBN 0-404-05451-X.
  11. Ludovico Ariosto: Cinque Canti, Opere minori (tomo I)
  12. Edmund Spencer: La Reina Hada, canto I, estancia 37.
  13. Herman Melville: Moby Dick, capítulo 38, párrafo 2.

Bibliografía

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