La escatología islámica se refiere a la parte de la teología islámica que se centra en la vida después de la muerte y el fin del mundo, con especial énfasis en el Corán en la inevitabilidad de la resurrección, el Juicio Final y la división eterna de los justos y los malvados, que tendrán lugar en el Día de la Resurrección.[1] También conocido como el Día del Juicio, se caracteriza por la aniquilación de toda vida, a la que seguirá la resurrección y el juicio de Dios. En numerosos versículos del Corán se menciona el Juicio Final.[2][3]
Los hadices describen varios eventos que han de ocurrir antes del Día del Juicio, eventos que son descritos como señales menores y mayores. Durante este período, una terrible corrupción y caos gobernarán la tierra, causados por el Masih ad-Dajjal (figura similar al Anticristo del cristianismo). Luego aparecerá el Profeta Isa (Jesús), quien derrotará al Dajjal y dará inicio a un período de paz, liberando al mundo de la crueldad. Estos eventos serán seguidos por una época de serenidad en que la gente vivirá de acuerdo con los valores religiosos.[1][4]
La literatura apocalíptica islámica sobre el Armagedón se conoce a menudo como fitna, Al-Malhama Al-Kubra (La gran epopeya) o ghaybah en el Islam chiita. Los justos serán recompensados con los placeres del Yanna (Paraíso), mientras que los injustos serán castigados en el Yahannam (Infierno).
Una encuesta de la Pew Research de 2012 encontró que 50% o más de los encuestados en varios países de mayoría musulmana (Turquía, Malasia, Afganistán, Pakistán, Irak, Túnez, Líbano, Marruecos) esperaban que el Mahdi regresará durante el transcurso de sus vidas.[5]
Las escrituras islámicas contienen una gran cantidad de material acerca del Juicio Final y la tribulación con él asociada. Las dos fuentes a las que se hace referencia principalmente a la hora de explorar el tema de la escatología islámica son el propio Corán y los hadices, o relatos de las acciones y dichos de Mahoma durante su vida.[7] Una de las funciones del Corán en relación con la escatología y el Día del Juicio es la de servir de recordatorio de las intenciones de Alá para la humanidad y de advertencia para quienes no se atengan a Él.[8] Los hadices se consultan con frecuencia junto con el Corán para lograr una comprensión más detallada y completa de las escrituras islámicas. La recopilación de hadices tuvo lugar aproximadamente doscientos años después de la muerte de Mahoma.[9] También se discuten el Juicio Final y la tribulación en los comentarios de ulemas como al-Ghazali, Ibn Kathir o Muhammad al-Bujari.[3][10] El discurso académico sobre la escatología y sus subtemas incluye generalmente una exploración de los hadices en lo que respecta a asuntos del Corán y sirven como fuente de aclaración.[11] Generalmente, se considera que los hadices tienen el segundo lugar en autoridad por detrás del Corán, ya que se entiende que éste es la palabra textual de Dios.[12]
Se habla en el Islam de una serie de signos o señales menores y mayores.[13] Se afirma que el Mahdi es un enlace entre unas y otras. En el hadiz, se menciona que las señales menores ocurrirán primero, seguidas por la llegada del Mahdi, y luego vendrán las señales mayores. Es motivo de debate si tales signos podrían ocurrir de manera simultánea o si deben ocurrir en momentos distintos.
El Mahdi (en árabe: ٱلْمَهْدِيّ, al-mahdīy), que significa «El Correctamente Guiado» es una figura mesiánica en la tradición islámica. Aparece por primera vez en los hadices y se afirma que es la señal intermedia entre las menores y mayores del Día de la Resurrección.[17][18][19][20] Algunos chiitas lo consideran como la primera señal del tercer período.[21] Reportes en los hadices afirman que será descendiente de Mahoma a través de su hija Fátima, y del hijo del primo Ali, Hasan. Según los chiitas, el Mahdi dará muerte al Dajjal para así poner fin a la desintegración de la comunidad musulmana y para preparar el reinado de Isa (Jesús), quien gobernará por un tiempo tras ello. Para los sunitas, el Mahdi se opondrá al Dajjal y tendrá algunas comunidades musulmanas en Shaam (Siria), y Jesús volverá a dar muerte al Dajjal. El Mahdi cumplirá su misión profética, una visión de justicia y paz, antes de someterse al reinado de Jesús.[22] Las características físicas del Mahdi son descritas en el hadiz en los siguientes términos: Será de complexión árabe, de estatura media, con frente amplia, ojos grandes y nariz afilada. Tendrá un lunar en la mejilla y será reconocido por la comunidad musulmana mientras se sienta en su propia casa. En palabras de Abu Dawud, «Nuestro Mahdi tendrá frente ancha y nariz puntiaguda (prominente). Llenará la tierra de justicia, ya que está llena de injusticia y tiranía. Gobernará durante siete años».[23] En algunos relatos, tras estos siete años de paz, Dios enviará un viento frío que hará que cualquiera que tenga la más mínima medida de bondad humana o fe, muera y sea llevado directamente al cielo. Por lo tanto, solo quedarán los malvados y serán víctimas de bestias terribles y de Shaitán, hasta el día de la resurrección.[24]
Si bien las predicciones acerca de la duración de su reinado difieren, los hadices son consistentes en describir que Dios lo perfeccionará en una sola noche, llenándole de inspiración y sabiduría, y que su nombre será anunciado desde los cielos. El Mahdi traerá de vuelta el culto a los verdaderos valores islámicos y traerá a la luz el Arca de la Alianza. Conquistará Constantinopla y el monte Daylam y considerará a Jerusalén y su Cúpula como su hogar. Su estandarte será el de Mahoma: negro y sin costuras, con un halo. El estandarte, que ha permanecido enrollado desde la muerte de Mahoma, se desplegará cuando aparezca el Mahdi. Tendrá la ayuda de ángeles y otros que le prepararán el camino. Entenderá los secretos del abyad.[4]
El Islam sunita y chiita mantienen creencias diferentes con respecto a la identidad del Mahdi. Históricamente, el Islam sunita considera que la autoridad religiosa deriva del califa, quien fue designado por Mahoma a su muerte y por los compañeros de Mahoma. Los sunitas ven al Mahdi como un líder de quien se espera llegará a gobernar el mundo y restablecer la rectitud.[25] Los sunitas también creen que el nombre del Mahdi será Muhammad y el nombre de su padre será Abdullah, por lo que su nombre completo será Muhammad ibn Abdullah. En cambio, la rama duodecimana de los chiitas cree que el Mahdi es el duodécimo Imam. Los chiitas duodecimanos creen que su nombre es Muhammad bin Hasan y que es el hijo de Hasan-al-Askari. Estos chiitas creen que el Mahdi se escondió en 873 cuando tenía cuatro años y que mantuvo contacto con sus seguidores hasta el 940, cuando entró en la Ocultación. La rama duodecimana cree que al-Mahdi es el Imam actual, y que aparecerá al final de la era actual. Algunos estudiosos afirman que, aunque inadvertido para otros presentes, el Mahdi del Islam Duodecimano continúa haciendo su peregrinación anual mientras reside fuera de La Meca.[26] Los actuales ayatolás de Irán se describen a sí mismos como guardianes conjuntos de la oficina del Imam hasta que regrese.[27]
En contraposición, el Islam sunita lo ve como una persona nueva y diferente.[28] La tradición sunita ha atribuido tales atributos intelectuales y espirituales a numerosos musulmanes al final de cada siglo musulmán desde el origen del Islam hasta nuestros días.[22] Los sunitas también creen que Isa (Jesús) orará detrás del Mahdi.
El Mahdi no aparece descrito en el Corán, sino solo en los hadices, y algunos estudiosos sugirien que surgió cuando las tribus árabes se asentaban en Siria bajo el reinado de Muawiya. "Anticiparon 'el Mahdi que liderará a las personas del Yemen que se alzan de vuelta a su país' para restaurar la gloria de su perdido reino Himyarita. Se cree que eventualmente conquistará Constantinopla."[25]
De acuerdo con Naser Josrow, un célebre pensador chiita fatimí, la línea de imanes de entre los descendientes del Imam Ali, por medio de su hijo, el Imam Husáin, culminará eventualmente con la llegada del Señor de la Resurrección (Qāʾim al-Qiyāma ). Se cree que esta persona es el ser perfecto y el propósito de la creación, y que a través de él el mundo saldrá de la oscuridad y de la ignorancia y entrará «a la luz de su Señor» (Corán 39:69). Su era, a diferencia de la de aquellos que enunciaron la revelación divina (nāṭiqs) antes de él, no será una en la que Dios prescribirá que la gente trabaje. En cambio, su era será una de recompensa para aquellos «que trabajaron en el cumplimiento del mandato (de los Profetas) y con conocimiento». Antes del Señor de la Resurrección vendrá su evidencia (ḥujjat). Se cree que el verso del Corán que enuncia que «a noche del poder (laylat al-qadr) es mejor que mil meses» (Corán 97: 3) se refiere a la evidencia del Señor de la Resurrección, cuyo conocimiento es superior al de mil imanes, aunque el rango de estos, colectivamente, sea el de uno. Hakim Nasir también reconoce a los sucesores del Señor de la Resurrección como sus delegados (khulafāʾ).[29]
Tras el segundo período, el tercero estará marcado por los diez signos mayores conocidos como alamatu's-sa'ah al-kubra (los signos mayores del fin).[note 56] Son los siguientes sin ningún orden exacto:
Si bien el Corán no es explícito sobre el regreso de Jesús (Isa),[35] muchos musulmanes creen que al menos dos versículos del Corán se refieren a su segunda venida durante el final de los tiempos.[36] El versículo que es probablemente más importante es el de la Sura 4:157: «Y [por] su dicho: 'Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el mensajero de Alá'. Y no lo mataron, ni lo crucificaron, sino que [otro] fue hecho para que a ellos se les pareciese a él. Y ciertamente, quienes discrepan en ello tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento de ello excepto el seguimiento del supuesto. Y no lo mataron, ciertamentente». El otro versículo dice: «Y ciertamente, Jesús será [una señal para] el conocimiento de la Hora, así que no dudéis de ello, y seguidme. Este es un camino recto».(43:61).[36] La lengua árabe no es clara respecto a quién ha de que creer la gente del libro. Al-Tabari, autor de uno de los tafsires sunitas más importantes, arguye que el versículo se refiere a Jesús, quien unirá a todos los creyentes bajo el estandarte del islam.[36] Los hadices profundizan aún más en los eventos que han de seguir a la venida de Jesús.[37] De acuerdo con Sahih al-Bujari, Jesús descenderá entre musulmanes, romperá la cruz, matará al cerdo y abolirá la yizia (capitación).[36] Si bien se remontan a Abu Hurairah, uno de los sahaba, tales hadices podrían en realidad haber sido introducidos posteriormente durante las guerras civiles a comienzos del califato abasí, cuando se esperaba la aparición de un salvador. Mientras que para los chiitas, el Mahdi será tal salvador, algunos sunitas tienden a esperar la segunda venida de Jesús. Durante el califato abasí temprano, se prohibía llevar crucifijos en procesiones y cargar cerdos en público. De otra manera, el romper la cruz podría reflejar la desaprobación general de este símbolo por parte de los musulmanes, y matar cerdos podría ser una referencia al exorcismo por parte de Jesús de Legión.[37]
Existen varias interpretaciones escatológicas en el seno del islam chiita. El concepto de siete infiernos celestiales, así como la idea de que las almas esperan temporalmente bien en el Paraíso o bien en el Infierno hasta el Fin de los Tiempos, son explicadas a lo largo de toda la literatura chiita ismailí.[38] La tendencia general en la tradición chiita es la de reconocer la venida del Mahdi como un castigo que ha de venir para los no creyentes.[12] El académico duodecimano 'Allama al-Hilli afirmó que no es posible que ningún musulmán sea ignorante de «el imanato y el Retorno» y, de tal manera, «quien fuese ignorante cualquiera de ellos está por fuera del círculo de creyentes y merece el castigo eterno».[12] Tal declaración no es indicativa de todo el pensamiento escatológico chiita, pero sí señala la existencia de una forma de castigo eterno, o de un reino que es opuesto al Paraíso.
Ray`a (en árabe: الرجعة, romanizado: āl rj'ah, lit. 'Retorno') en terminología islámica, se refiere a la Segunda Venida, o el retorno o regreso a la vida de una figura histórica determinada del pasado tras su muerte física.[39] Los chiitas creen que antes del Día del Juicio, Muhammad al-Mahdi retornará con un grupo de compañeros elegidos. Este retorno se conoce más propiamente como zuhur o 'aparición', en tanto se cree que el Imán Oculto ha permanecido con vida a lo largo de su período de ocultación, desde el año 874.[39] La segunda venida de estos personajes históricos será señal del comienzo del Juicio Final. El propósito de este regreso es hacer justicia para aquellos que fueron oprimidos en vida hasta sus muertes: los opresores serán castigados directamente por los oprimidos durante esta futura reaparición.[40]
Algunos académicos sunitas ciertamente creen en Ray'a, citando el retorno de numerosas personas, como los Siete Durmientes, en sincronía con la aparición del Mahdi.[41] De acuerdo con el polímata y jurista egipcio Jalaluddin Al-Sayuti (1445–1505), en contraste con la creencia chiita, el regreso de Mahoma no se limita a un momento específico en el futuro. Al-Sayuti no describió si alguna otra figura religiosa regresará de la muerte antes de la resurrección.[42] De acuerdo con Abu 'Abdullah Al-Qurtubi, el ray`a se entiende como la falta de presencia física de un profeta, quien marca su aparente muerte con la ausencia en el mundo físico pero que se les reaparecerá, de tiempo en tiempo, a aquellos que son puros de corazón.[43]
Isa es el nombre árabe de Jesús, y su segunda venida es considerada la tercera señal mayor de los últimos días (siendo la segunda la aparición del némesis de Jesús, el Masih ad-Dajjal). Si bien Mahoma es el profeta preeminente en el islam, Jesús aparece mencionado en el Corán, al igual que Idris (Enoc), de quien se dice que no murió sino que fue resucitado por Alá.[44] De esta manera, de acuerdo con los hadices poscoránicos, es posible que Jesús regrese a la Tierra como un juez justo antes del Día del Juicio.[45] Como se dice en el hadiz:
Los hadices hacen referencia tanto al Mahdi como a Isa de manera simultánea y el retorno del Mahdi coincidirá con el regreso de Isa, quien bajará de los cielos en al-Quds al alba. Los dos se reunirán y el Mahdi guiará al pueblo en la oración del fajr. Tras la oración, abrirán una puerta hacia el occidente y se encontrarán con el Masih ad-Dajjal. Una vez derrotado el ad-Dajjal, Isa tendrá un reinado pacífico de cuarenta años hasta su muerte. Será enterrado en una tumba junto a Mahoma en Medina.[46] Si bien los dos personajes ciertamente difieren en cuanto a su rol y personalidad en la escatología islámica, las figuras del Mahdi e Isa son, en últimas inseparables, según Mahoma. MIentras se dice que Isa descenderá al mundo una vez más, el Mahdi ya estará presente:
La resurrección y el juicio final son creencias fundamentales en el Islam. Según el Corán, sin tales creencias, la creación de la humanidad habría sido en vano.[47][48] De esta manera, el Día del Juicio, al-Qiyamah, (también conocido como el Día del Ajuste de Cuentas o Resurrección, el Último Día o la Hora) es uno de los seis artículos de fe en el islam sunita, y uno de los siete en el Islam chiita.[49][50][51][52][17][53] Se cree en el Islam que el Corán afirma que Alá resucitará a todas las personas de sus tumbas el día del juicio.[54] Se cree que se acerca el tiempo y que no habrá duda de que Alá hará lo que ha prometido.[54] Así como Alá creó a las personas, serán devueltas a la misma forma.[54] Alá duplicará las obras de sus siervos más fieles.[54]
Antes del día del juicio final, un abisinio, de piernas cortas, atacará La Meca y destruirá la Kaaba.[55] Otra señal será la aparición del da'ba-tul-ard, o la Bestia de la Tierra (Dābbat al-Arḍ).
El mundo por entero quedará sumergido en dukhan o humo,[18][56] durante cuarenta días, y habrá tres grandes terremotos. El Corán será llevado al cielo e incluso los huffaz serán incapaces de recordar sus versículos. Finalmente, soplará una agradable brisa que causará la muerte a todos los creyentes, mientras que los incrédulos y pecadores seguirán con vida. Empezará entonces un incendio, desde Hadramaut en Yemen, que reunirá a todas las personas del mundo en la tierra de Mahshar, y el al-Qiyamah empezará.[21]
En el Corán, barzaj (en árabe: برزخ) se refiere al estado intermedio del alma, hasta el día de la resurrección.
La octava señal será una brisa con un olor agradable, que emanará de Yemen, haciendo que los awliya, sulaha y los piadosos mueran en paz una vez que la respiren.[57] Cuando los creyentes mueran, habrá un período de 120 años durante los cuales el mundo solo contendrá kafirs, pecadores, opresores, mentirosos y adúlteros, y se volverá a la idolatría.[cita requerida]
La novena señal es la salida del sol por el occidente tras una larga noche. Pasado el mediodía, el sol volverá a ponerse. Según el hadiz:
Abu Huraira afirma que el Mensajero de Dios (vio) dijo: "La Hora no se establecerá hasta que el sol salga por el Occidente y cuando la gente lo vea tendrá fe. Pero ese será (el momento) en el que la creencia del alma, que no habrá creído antes de ese momento, no la beneficiará.Ibn Maja, as-Sunan, vol. 2 p 1352-53[58]
Las señales finales serán nafkhatu'l-ula, cuando una trompeta sonará por primera vez y producirá la muerte de los pecadores restantes. Luego habrá un período de cuarenta años, tras el cual la undécima señal será el sonido de una segunda trompeta para señalar la resurrección como ba'as ba'da'l-mawt . Como está escrito en el Corán:
La Trompeta (recién) sonará, cuando todos los que están en los cielos y en la tierra se desmayarán, excepto los que Dios quiera (eximir). Entonces se tocará una segunda, cuando, he aquí que estarán de pie y mirando.
Todos irán desnudos y corriendo hacia el Lugar de Reunión, mientras que los enemigos de Dios viajarán con los rostros en el suelo y las piernas erguidas. Finalmente, no habrá más injusticias:
Ciertamente, Dios no es injusto con el peso de un átomo, y si se trata de una buena acción, la multiplica y da de Su parte una gran recompensa.
En el juicio divino, el Libro de los Hechos de cada persona, en el que «se registra todo lo pequeño y lo grande»,[61] será leído, pero las acciones previas a la adolescencia serán omitidas. Registros se darán con la mano derecha si son buenos, y con la izquierda si son malos. Incluso los más pequeños actos no serán pasados por alto:
Entonces, cualquiera que haya hecho un átomo de bien, lo verá. Y cualquiera que haya hecho un átomo de mal, lo verá.Quran, Sura 99 Az-Zalzala, ayat 7-8[62]
A esto le seguirá una justicia perfecta, divina y misericordiosa. La era del más allá, o el resto de la eternidad, es la etapa final tras el Día del Juicio, cuando todas las personas recibirán su juicio de Dios.
Ciertamente, los que creyeron y los que fueron judíos o cristianos o sabeos [antes del Profeta Mahoma][63] -aquellos [entre ellos] que creyeron en Dios y en el Último Día e hicieron lo correcto- tendrán su recompensa con su Señor, y no habrá temor respecto a ellos, ni se afligirán.
Los muertos se pararán en una gran asamblea, esperando un pergamino que detalla sus actos justos, pecaminosos y el juicio último.[65][66] Mahoma será el primero en resucitar.[67] Según una antigua creencia, Dios descenderá al Monte Moria, donde juzgará a las almas. El complejo del Haram al-Sharif (el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas) en Jerusalén, construido bajo el califa omeya 'Abd al-Málik (r. 685-705), podría pues interpretarse como un recordatorio del próximo Juicio Final.[68]
Si se han hecho buenas obras, se irá a Yanna, y si no se ha sido justo, se irá a Yahannam. Los castigos incluirán adhab, o dolor severo, y khizy o vergüenza.[69] También habrá un castigo de sepulcro (para los que no creyeron) entre la muerte y la resurrección.[70]
Si bien académicos y filósofos islámicos estaban en general de acuerdo en una resurrección corporal tras la muerte, las interpretaciones difieren respecto a las especificaciones de la resurrección corporal. Algunas de las teorías son las siguientes:
Una de las creencias principales en relación con la escatología islámica durante el período musulmán temprano era la de que todas las personas podían recibir la misericordia de Dios y eran dignas de salvación.[38] Estas representaciones tempranas muestran incluso cómo actos pequeños e insignificantes eran suficientes para garantizar misericordia.[54] La mayoría de las representaciones tempranas del fin de los días muestran que solo quienes rechazan el Tawhid, el concepto de monoteísmo, estarán sujetos al castigo eterno. Con todo, cada persona es responsable de sus propias acciones. Los conceptos de recompensas y castigos se consideraban más allá de este mundo, una perspectiva que también se mantiene actualmente.[54]
En términos del islam clásico, la teoría del limbo del Islam, tal como es descrita por Jane Smith e Yvonne Haddad, implica que algunos individuos no son enviadas inmediatamente al más allá, sino que son mantenidas en un estado de limbo.[74] El destino que espera a todas las personas tras la muerte es o bien los Jardines (el cielo) o el Fuego (el infierno). Interpretaciones tradicionales coinciden en que, como mínimo, estos son dos de los posibles destinos que aguardan a los difuntos.[74] No obstante, algunos han interpretado 7:46, «Y habrá un velo entre ellos. Y sobre las Alturas hay hombres que reconocerán a todos por sus rasgos distintivos y que llamarán a los moradores del Jardín: «¡Paz sobre vosotros!» No entrarán en él, por mucho que lo deseen».[75] Algunos han tomado la mención de este velo entre cielo e infierno como una alusión a que existen personas que no son enviadas inmediatamente a su destino final.[74]
Hubo considerable debate respecto a si el cielo y el infierno existen en el momento actual.[76] Los Mu'tazila argumentaban que el cielo y el infierno no pueden existir hasta que suenen los toques de trompeta que traerán el fin de los tiempos, en tanto el Corán afirma que una vez suene la trompeta, todos, excepto Dios, serán destruidos.[76] No obstante, los Ash'ariya argumentaban que si bien el sonido de la trompeta precederá a la destrucción, la creación era un proceso constante.[76] Además, en tanto Adán y Eva una vez residieron en el Jardín del Edén, el jardín ya existe. Asimismo, los reportes de hadices relacionados con el Viaje Nocturno afirman que Mahoma tuvo visiones de ambos destinos, así como de las criaturas que los habitaban.[76] De esta manera, se suele considerar que el cielo y el infierno coexisten con el mundo actual.[77]
En el Islam clásico, hubo un consenso entre la comunidad teológica con respecto a la finalidad de los Jardines: los siervos fieles de Alá se encontrarían allí por la eternidad.[78] Con todo, algunos practicantes de la comunidad musulmana primitiva tenían un concepto según el cual el infierno podía no ser eterno de por sí.[78] Estas ideas se basaban en interpretaciones que consideraban que los niveles superiores del infierno solo duraban el tiempo que Dios considerara necesario. Una vez que los musulmanes habían purgado sus pecados, tales niveles serían cerrados.[78] Estas interpretaciones se enfocan en los versículos 11:106-107 del Corán, que declaran: «Los desgraciados estarán en el Fuego, gimiendo y bramando, eternamente, mientras duren los cielos y la tierra, a menos que tu Señor disponga otra cosa. Tu Señor hace siempre lo que quiere».[79] A este fin, el Corán mismo brinda una versión contradictoria del Infierno, afirmando que el Infierno durará tanto como lo haga el Cielo, que ha sido establecido como eterno, pero a la vez el Corán mantiene la posibilidad de que Alá pueda aún conmutar una sentencia al Infierno. En cierto sentido, se interpretó que tales niveles del Infierno tenían una función similar a la del Purgatorio en el catolicismo, siendo la excepción a esta comparación el que el Infierno en este contexto es para el castigo del cuerpo completo del pecador, a diferencia de que solo el alma es castigada en el Purgatorio.[78] Argumentos cuestionando la permanencia del Infierno consideran que el Infierno no está necesariamente allí solo para castigar el mal, sino para purificar sus almas. Para aclarar, el Jardín es la recompensa en tanto que el Fuego es para la purificación.[80]
Las creencias escatológicas en el Islam no tienden a distinguir el más allá sobre la base del género. Amina Wadud discute muy brevemente del Infierno y el Paraíso en su libro Qur'an and Woman (El corán y las mujeres). Según Wadud el corán no menciona ningún género específico al hablar del Infierno. Todos los géneros tienen las mismas posibilidades y consecuencias de experimentar el infierno y un género no está por encima del otro. El corán 43:74-76 afirma que «Los pecadores, en cambio, tendrán la gehena como castigo, eternamente, castigo que no se les remitirá, y serán presa de la desesperación», sin hacer referencia al género. Está dirigido al individuo y con «base en la fe y las obras», no en el género. Esto es consistente en el corán. Amina Wadud continúa discutiendo el paraíso y cómo el Corán lo describe con tanto detalle con el objeto de «atraer» a los lectores y hacerlo parecer agradable. Wadud afirma lo que dice el Corán sobre las buenas cosas terrenales y las cosas eternas, lo que incluye a las mujeres. 3:14-15 dice: «El amor de lo apetecible aparece a los hombres engalanado: las mujeres, los hijos varones, el oro y la plata por quintales colmados, los caballos de raza, los rebaños, los campos de cultivo...»[81][82]
El Islam tradicional enseña la predestinación tanto para el bien como para el mal, y que todo lo que ha sucedido y sucederá ya ha sido determinado.[54] El libre albedrío y la predestinación han sido motivo de discusión por parte de muchos teólogos musulmanes, pero quienes creen en el libre albedrío, también conocidos como al-qadariyya, han sido rechazados.[54] Mahoma expresó la predestinación varias veces durante su misión.[54] La muerte es vista asimismo como un regreso al hogar.[76] Cuando las personas visitan tumbas, tienen una rutina espiritual específica.[76] La forma correcta de visitar una tumba es recitar partes del Corán y rezar por el difunto.[76]
Abu Hamid al-Ghazali categorizaba a los no musulmanes en tres grupos:[83]
Aunque muchos argumentan que cualquiera que piense de manera lógica descubrirá eventualmente que solo hay un Dios verdadero y omnipotente, otros argumentan que si nunca se ha recibido el mensaje no se es responsable de no seguirlo. Si bien este debate se ha prolongado por siglos, varios teólogos musulmanes concuerdan en que el islam es el único camino, y ninguna otra religión, incluyendo las otras religiones abrahámicas, son caminos adecuados a la salvación.[83] Aunque el corán reconoce a la biblia como evangelio, rechazar a Mahoma y su mensaje es visto por ellos como un rechazo de la salvación.[84] No obstante, los académicos musulmanes Muhammad Abduh y Rashid Rida discrepan con la noción de que la Gente del Libro está excluida del Yanna, con referencia al corán 4:123-124.[85]
El corán hace una variedad de declaraciones sobre el estado de la comunidad judía, elogiando su dedicación al monoteísmo en una línea y criticando su rechazo a Mahoma en la siguiente.[86] Un ejemplo de una línea criticando a los judíos se puede encontrar en 5:60-61: «Di: 'No sé si informaros de algo peor aún que eso respecto a una retribución junto a Alá. Los que Alá ha maldecido, los que han incurrido en Su ira, los que Él ha convertido en monos y cerdos, los que han servido a los taguts, ésos son los que se encuentran en la situación peor y los más extraviados del camino recto'. Cuando vienen a Ti, dicen: '¡Creemos!'. Pero entran sin creer y sin creer salen. Alá sabe bien lo que ocultan. Ves a muchos de ellos precipitarse al pecado y a la violación de la ley y a devorar el soborno. ¡Qué mal está lo que hacen».[87] Otro ejemplo es 5:64: «Los judíos dicen: 'La mano de Alá está cerrada'. ¡Que sus propias manos estén cerradas y sean malditos por lo que dicen! Al contrario, Sus manos están abiertas y Él distribuye Sus dones como quiere. Pero la Revelación que tú has recibido de tu Señor acrecentará en muchos de ellos su rebelión e incredulidad. Hemos suscitado entre ellos hostilidad y odio hasta el día de la Resurrección. Siempre que encienden el fuego de la guerra, Alá se lo apaga. Se dan a corromper en la tierra y Alá no ama a los corruptores.»[87] No obstante, el Corán también toma un tono más reconciliador en otras líneas. Un ejemplo de esto está en 3:113-115: «No todos son iguales. Entre la Gente del Libro hay una comunidad íntegra que recitan los signos de Dios en las vigilias de la noche, mientras se postran. Creen en Dios y en el Último Día, ordenan el bien y prohíben el mal, y se apresuran a hacer buenas obras. Y ellos están entre los justos. Cualquier bien que hagan, no se les negará. Y Dios conoce al reverente».[88] Tras conciliar las diferentes descripciones, se puede llegar a la conclusión de que algunos judíos son considerados dignos de condenación, mientras que otros son justos y pueden ser salvados.[89] Las transgresiones de los «monos y cerdos» no son indicativas de la comunidad entera.[89]
Ibn al-Nafis escribió sobre escatología islámica en su Theologus Autodidactus (circa 1270 d. C.), en el que usó la razón, ciencia y filosofía islámica temprana para explicar cómo según su creencia se desarrollaría al-Qiyamah, narrado en forma de novela de ficción teológica.[90]
Imran Nazar Hosein escribió numerosos libros sobre escatología islámica (Ilmu Ākhir al-Zamān - Conocimiento de los últimos días), el más famoso de los cuales es Jerusalén en el Corán.
El escritor y periodista turco Mustafa Akyol critica el enfoque actual de la comunidad musulmana en el apocaliptismo y el uso de las fuerzas del Dajjal para explicar el estancamiento en el mundo musulmán en los últimos dos siglos frente a Occidente (y ahora Asia Oriental). Sustenta que si se cree que el mal sobrenatural es la causa de los problemas de los musulmanes, entonces soluciones prácticas como «la ciencia, el desarrollo económico y la democracia liberal» serán ignoradas en favor de la esperanza de intervención divina. No obstante, el islam tiene una perspectiva más práctica que esto, y Mahoma afirma que si alguien está plantando una semilla en medio de la hora final de la Tierra, debería seguir haciéndolo.[91][5]