Leopoldo Zea Aguilar | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Leopoldo Pedro Zea Aguilar | |
Nacimiento |
30 de junio de 1912 Ciudad de Chihuahua | |
Fallecimiento |
8 de junio de 2004 (91 años) Ciudad de México | |
Nacionalidad | Mexicano | |
Familia | ||
Cónyuge | María Elena Rodríguez Ozán (desde 1982) | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Nacional Autónoma de México | |
Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo | |
Empleador | Universidad Nacional Autónoma de México | |
Distinciones |
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Leopoldo Zea Aguilar (Ciudad de México, 30 de junio de 1912 - 8 de junio de 2004[1]) fue un filósofo mexicano, uno de los pensadores del latinoamericanismo integral en la historia. Fue discípulo de José Gaos, quien lo llegó a conocer en la época en que estudiaba tanto la carrera de Derecho como la de Filosofía y por las noches tenía que trabajar, así Gaos lo apoyó para obtener una beca y se dedicara exclusivamente a la Filosofía. Se hizo famoso gracias a las tesis de grado El positivismo en México (1945), con la que aplicó y estudió el positivismo en el contexto de su país del mundo en transición de los siglos XIX y XX.
Formó parte del grupo Hiperión (1948-1952), un colectivo de estudiantes y profesores de la UNAM integrado por Emilio Uranga, Jorge Portilla, Luis Villoro, Ricardo Guerra, Joaquín Sánchez McGregor, Salvador Reyes Nevares y Fausto Vega[2]. Se une al grupo cuando este elige como tema de estudio lo mexicano, y, a partir de entonces, se convierte en su principal organizador y promotor[3].
Con ello, inició la defensa de la integración americana, concebida por el libertador y estadista, Simón Bolívar y le dio un significado propio, basado en la ruptura con el imperialismo estadounidense y el neocolonialismo.
En sus planteamientos demuestra que los hechos históricos no son independientes a las ideas y, en la misma forma, no se manifiesta en lo abstracto, sino como una simple reacción a una determinada situación de la vida humana y popular.
En su idea de una Latinoamérica unida, defendió el pensamiento sobre el papel del hombre en la región, aclarando que el descubrimiento de 1492 no fue sino un encubrimiento en términos culturales y de saberes, producto del mestizaje ideológico para la configuración de la identidad latinoamericana, cosa que expuso en el V centenario, en 1992. Luego, estudió el análisis ontológico de Latinoamérica en los planos cultural y geohistórico.
De origen humilde, trabajó en 1933 en la oficina de Telégrafos Nacionales para sufragar los costos de su educación secundaria y universitaria.
Fue miembro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde su formación, como maestro y filósofo. Junto con Alí Chumacero, José Luis Martínez y Jorge González Durán fundó la revista Tierra Nueva. En 1954 fue designado investigador de tiempo completo del Centro de Estudios Filosóficos de dicha universidad. En 1947 fundó en la Facultad de Filosofía y Letras, el "Seminario sobre Historia de las Ideas en América".[4] En 1966 fue nombrado director de la Facultad, cargo que ocupó hasta 1970. Durante su gestión, fundó el Colegio de Estudios Latinoamericanos ese mismo año; más adelante, en 1978, establecería el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos, actualmente denominado el CIALC de la UNAM.
La historia de las ideas es una disciplina que estudia el desarrollo, transformación y circulación de ideas en contextos específicos a lo largo del tiempo. Se enfoca en cómo estas ideas reflejan y a la vez configuran valores, creencias, estructuras sociales en diferentes espacios culturales y momentos históricos.
Leopoldo Zea fue uno de los principales impulsores de esta disciplina en América Latina. Desde la fundación del Seminario de Historia de las Ideas en América contribuyó al desarrollo en México y en los diferentes países de América Latina.[5]
Estuvo casado dos veces: primero, durante cuarenta años, desde 1942, con la periodista mexicana María Elena Prado Vértiz, con quien tuvo seis hijos (Alejandra, Irene, Leopoldo, Elena, Marcela y Francisco). A partir de 1982, estuvo casado con María Elena Rodríguez Ozán.
Fue condecorado en diversas ocasiones:
Tres años después fue catalogado y homenajeado por la UNAM como el profesor más antiguo en continuar laborando sin interrupciones (cosa que siguió haciendo hasta su muerte).
Su filosofía marcó su concepto de una América Latina unida; y no en la utopía, sino en la realidad, en la lucha y renovación de un pueblo en demanda de dicho surgimiento, lo que le abrió la puerta a otros estudiosos del tema en el futuro.
Uno de los puntos centrales de su filosofía, que se centra en una insistente y siempre actual pregunta ¿Es posible hablar de una filosofía latino-americana?, es el "proyecto asuntivo", que se basa en la necesidad de no olvidar el pasado colonizador que implica la "asimilación de lo que ha sido" para poder ser "algo distinto" sin por ello "dejar de ser quien se es".[7] Este pasado, reconocido y aceptado, debe ser superado histórica y filosóficamente con el objetivo de crear un pensamiento nuevo, una "filosofía sin más".[8]
Fue comparado con diversas personalidades del mundo intelectual, político y revolucionario, tales como Germán Arciniegas, quien fue su amigo; con José Gaos, quien fue su maestro; con Víctor Raúl Haya de la Torre, con Andrés Bello, con Simón Bolívar y con Domingo Faustino Sarmiento, entre muchos otros. Leopoldo Zea Aguilar, murió el 8 de junio de 2004.[9]