Obbligato (en español: obligado; en francés: obligé; en alemán: obligat) es una indicación en italiano que aparece en las partituras de música clásica occidental y puede tener diferentes significados. En la música del Barroco y del Clasicismo este calificativo suele ir acompañando al nombre de un instrumento o voz y se utiliza para describir que su empleo se considera indispensable en la interpretación. Su indicación opuesta es ad libitum. También se utiliza para indicar que un pasaje musical debe ser tocado exactamente como está escrito o bien solo por el instrumento especificado, sin cambios ni omisiones.[1][2][3]
La expresión recitativo obbligato o recitativo strumentato se utiliza en ocasiones para designar el recitativo acompañado; es decir, el recitativo acompañado por la orquesta en lugar de por el bajo continuo solo.[4]
El concepto de "homofonía en obbligato" se aplica a veces a las texturas sinfónicas de Haydn y sus contemporáneos, caracterizadas por la riqueza en la escritura de partes prominentes e independientes, pero sin polifonía formal.[5]
El término viene del italiano que a su vez deriva del latín obligatus, pasado perfecto de obligare, que significa obligar. La opción obligato no es aceptable, aunque compositores como Benjamin Britten la usaron.[6] La palabra puede utilizarse por sí sola como un sustantivo, o bien aparecer como un adjetivo en un sintagma nominal (e.g. Órgano obbligato).
Obbligato incluye la idea de independencia. Por ejemplo, en las sinfonías de 1780 de Carl Philipp Emanuel Bach aparece la siguiente indicación: «mit zwölf obligaten Stimmen» (con doce voces obbligato). C. P. E. Bach estaba haciendo referencia a las partes independientes de viento madera que estaba usando por primera vez. Estas partes también eran obbligato en el sentido de indispensables.
En conexión con las partes de teclado en el periodo barroco, obbligato tiene un significado específico. Describe un cambio funcional de voz de bajo continuo (en que el intérprete decide cómo rellenar las armonías discretamente) a una parte completamente escrita de la misma importancia a la parte de la melodía principal.
Un uso posterior tiene el significado de "opcional", que puede llevar a confusión puesto que indica que una parte no es obligatoria.[7] Un pasaje difícil en un concierto puede ser suministrada por el editor una alternativa más fácil llamada el obbligato. O una obra puede tener una parte para uno o más instrumentos solistas, señalada como obbligato, que es decorativa y no esencial; la pieza está completa y puede ser interpretada sin la(s) parte(s) añadida(s).[8] El término tradicional para tal parte es ad libitum o ad lib. O simplemente "opcional", ya que ad lib. puede tener una amplia variedad de interpretaciones.
En música clásica contemporánea el término ha caído en desuso por parte de los profesionales, compositores, intérpretes y público de hoy en día por igual, que han llegado a ver el texto musical como lo más importante en las decisiones en cuanto a ejecución musical. En consecuencia, todo se considera ahora obbligato a menos que se indique expresamente lo contrario en la partitura. Todavía se utiliza para designar una pieza orquestal con una parte para instrumento solista que destaca, pero no es tan prominente como en un concierto para solista, como en el Concerto Grosso de Bloch mencionado a continuación. El término ahora se utiliza principalmente para debatir sobre la música del pasado.
Por otra parte, un uso divertido es el que hizo Erik Satie en el tercer movimiento de Embryons desséchés (Embriones disecados). En esta pieza el obbligato consiste en una veintena de acordes de fa mayor interpretado en fortissimo, satirizando así el estilo sinfónico de Beethoven. El término también se usa con un sentido completamente diferente, para hacer alusión a una contramelodía, que es la acepción usual en músicas como el jazz.