Poder Paralelo | ||
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Serie de televisión | ||
Género | Telenovela | |
Guion por | Lauro César Muniz | |
Dirigido por | Ignácio Coqueiro | |
Protagonistas |
Gabriel Braga Nunes Tuca Andrada Paloma Duarte Marcelo Serrado Petrônio Gontijo among others | |
Ambientación |
RecNov, Río de Janeiro Sierra Negra, Sao Paulo São Paulo, São Paulo Palermo, Italy | |
País de origen | Brasil | |
Idioma(s) original(es) | Portugués brasileño | |
N.º de episodios | 239 | |
Lanzamiento | ||
Medio de difusión | Rede Record | |
Primera emisión | 13 de abril de 2009 | |
Última emisión | 2 de marzo de 2010 | |
Enlaces externos | ||
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Ficha en IMDb | ||
Poder Paralelo (en español: poder paralelo) es una telenovela Brasileña producida por Rede Record y que se estrenó el 13 de abril de 2009.[1] Escrito por Lauro César Muniz y dirigida por Ignacio Coqueiro, la historia sigue a un esquema de corrupción que implica a una familia italo-brasileño. Antes del anuncio oficial de Registro, los medios de comunicación se referían a la telenovela por su título de trabajo Vendetta.[2]
La novela se centra en Tony Castellamare, de nacionalidad brasileña de origen italiano que viven en Palermo. Mantiene la imagen de un comerciante exportador, pero en realidad es el líder de la Sicilia Drogas mafia. Después de un ataque dirigido contra él mata a su esposa Marina y sus hijas gemelas, Tony vuelve a São Paulo en busca de venganza, al mismo tiempo que es investigada por la incorruptible policía federal oficial Teolônio "Teo" Meira.[3]
Poder Paralelo se basa en Honra ou Vendetta, la única novela de la periodista deportiva y cocina de autor Sílvio Lancelotti, publicado originalmente en 2001.[4] La trama, sin embargo, tuvo que ser readaptada, ya que el libro contenía sólo cinco personajes femeninos principales.
Según Muniz, Teo se basa en el agente de la policía federal Protógenes Queiroz, responsable de la investigación y el arresto del banquero Daniel Dantas, acusado de lavado de dinero y condenado por intentar soborno un oficial de la policía federal.[5]
El jefe de la Rede Record vetó Muniz de escribir escenas con los muslos, los senos, las nalgas y el lenguaje grosero. Esto causó una polémica en Brasil, así como las acusaciones de hipocresía en el jefe de la red, una vez que las escenas de violencia, con lo más uniforme la tortura, se mantuvo intacta.