Tuscia era la denominación atribuida a la Etruria meridional posterior al dominio etrusco.
El nombre designaba originalmente un territorio muy amplio, al que las vicisitudes históricas fueron repartiendo en tres áreas principales:
Tras la reconquista bizantina de Italia por Justiniano I durante las prolongadas y devastadoras Guerras Góticas de 535-552 que acabaron con el poder de los ostrogodos en Italia, los lombardos invadieron la península en el año 568 y pronto ocuparon la mayor parte del norte y los Apeninos centrales en torno a Spoleto y Benevento. El Imperio bizantino conservó el dominio de Génova, Rávena, Roma, el Lacio, Nápoles y el sur de la península (Catapanato de Italia).
En 592 la ciudad de Roma fue atacada por el rey lombardo Agilulfo. En vano se esperó la ayuda imperial; ni siquiera los soldados griegos de la guarnición recibieron su paga. Fue el papa Gregorio Magno quien debió negociar con los lombardos, logrando que levantaran el asedio a cambio de un tributo anual de 500 libras de oro (probablemente entregadas por la Iglesia de Roma).
Así, Gregorio negoció una tregua y luego un acuerdo para delimitar la Tuscia Romana (la parte del ducado romano situada al norte del Tíber) y la Tuscia propiamente dicha (la futura Toscana), que a partir de entonces fue lombarda. Este acuerdo fue ratificado en 593 por el exarca de Rávena, representante del Imperio en Italia.
Hoy en día se identifica con el nombre de Tuscia a la provincia de Viterbo. En la misma ciudad de Viterbo está ubicada la Universidad de Tuscia (en italiano: Università degli Studi della Tuscia), fundada en 1979.
El nombre fue empleado para denominar al asteroide (14486) Tuscia.
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