Corrado Giaquinto | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
8 de febrero de 1703 Molfetta, Italia | |
Fallecimiento |
18 de abril de 1766 Nápoles, Italia | (63 años)|
Educación | ||
Alumno de | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor | |
Alumnos | José del Castillo y Antonio González Velázquez | |
Corrado Giaquinto (Molfetta, provincia de Bari, 8 de febrero de 1703 - Nápoles, 18 de abril de 1766) fue un pintor italiano del rococó.
Nacido al norte de Bari, en Molfetta, Giaquinto fue alumno de Francesco Solimena y de Sebastiano Conca. Conoció una carrera internacional muy brillante, viajando mucho: fue así llamado a la corte de España entre 1753 y 1762 para realizar trabajos en los palacios reales de Madrid, del Escorial y de Aranjuez. Allí sería nombrado pintor de cámara, director general de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (diciembre de 1753) y director artístico de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. A la Academia regalaría un óleo de la Alegoría de la Paz y la Justicia que sería una versión de la pintada anteriormente para el rey.
Realizó un fresco destinado a la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma, representando a Moisés rompiendo la roca. Esta composición, pintada para el jubileo de 1750 y hoy en día perdida, nos es conocida por un proyecto conservado en la National Gallery de Londres.
Su retrato del castrato Farinelli, conservado en el conservatorio de Bolonia, es igualmente una de sus obras maestras.
Realizó los frescos de la iglesia romana de San Nicolás de los Loreneses.
El Museo del Prado,[1] conserva un nutrido repertorio de obras de Giaquinto, entre los que destaca la primera versión del lienzo de la Real Academia, o dos paisajes (paisaje con cascada y paisaje con cazadores), muy poco frecuentes dentro de su producción artística, que provienen del antiguo palacio del Buen Retiro, además del lienzo de carácter mitológico el sacrificio de Ifigenia. Otros museos con obra suya son el Museo de Zaragoza[2] o el Museo Cerralbo.[3]
Tuvo por discípulos a José del Castillo y Antonio González Velázquez que a su vez guiaría a Mariano Salvador Maella. Su trabajo en España fue, al igual que el de Giambattista Tiepolo, una influencia decisiva para Goya.