El sistema nacional de senderos de los Estados Unidos (en inglés, National Trails System, NTS) es un sistema de áreas protegidas de los Estados Unidos que salvaguarda los senderos, caminos, rutas y carreteras consideradas de valor histórico, paisajístico o de recreo. En abril de 2009 había 30 unidades principales en el sistema —de las que 21 eran históricas y 9 paisajísticas— y más de mil recreativas. Solamente tres de esas unidades forman parte del Servicio de Parques Nacionales (el sendero de los Apalaches, el sendero Natchez Trace y el sendero Potomac Heritage).[1]
El sistema nacional de senderos fue creado por la «Ley del sistema nacional de senderos» de 1968 («National Trails System Act»).[2] Esta ley estableció una serie de senderos o caminos para promover la conservación, con acceso público, de la posibilidad de viajar por el interior y disfrutar y apreciar las actividades al aire libre, las áreas abiertas y los recursos históricos de la nación. En concreto, la ley autorizó el establecimiento de tres tipos de senderos:
La propia Ley de 1968 estableció los primeros dos senderos paisajísticos nacionales —el sendero de los Apalaches y el sendero de las crestas del Pacífico— y solicitó que otras catorce rutas fueran estudiadas para su posible inclusión.
En 1978, como resultado del estudio de los senderos que fueron más importantes por sus implicaciones históricas, se añadió una cuarta categoría de senderos: el sendero histórico nacional («National Historic Trails»). Desde 1968, más de cuarenta rutas han sido estudiadas para su inclusión en el sistema y de ellas treinta han sido declaradas parte del sistema. En 2009, el Sistema Nacional de Senderos constaba de once senderos nacionales paisajísticos, diecinueve senderos históricos, más de un millar de recreo y dos senderos de conexión, con una longitud total de más de 80.000 kilómetros (50.000 millas). Muchos de estos senderos permiten, además de la práctica del senderismo, la realización de cabalgadas y acampadas.
Como el Congreso de Estados Unidos estableció que debían de ser senderos de larga distancia, cada uno es administrado por un organismo federal: bien el Bureau of Land Management (BLM), el Servicio Forestal («Forest Service») o el Servicio de Parques Nacionales (NPS). Además, dos de los senderos son administrados conjuntamente por el BLM y el NPS. En ocasiones, estas agencias adquieren tierras para proteger sitios claves, recursos y miradores o lugares con vistas panorámicas. También con frecuencia trabajan en asociación con los estados, los gobiernos locales, empresas propietarias de tierras o terratenientes privados, para proteger las tierras y las estructuras a lo largo de estos senderos, permitiendo que sean accesibles al público. Los senderos recreativos y los de conexión no requieren la acción del Congreso, sino que son establecidos por el Secretario del Interior o el Secretario de Agricultura.
Los senderos paisajísticos nacionales («National Scenic Trails») se establecieron para proporcionar acceso a la espectacular belleza natural y permitir el sano ejercicio del recreo al aire libre. El sistema proporciona acceso a la cresta de los montes Apalaches en el este (sendero de los Apalaches); a las Montañas Rocosas en el oeste (sendero de la divisoria continental de las Américas); a la sutil belleza de los humedales meridionales de la Costa del Golfo (sendero de Florida); y a recorrer los Bosques del Norte desde Nueva York a Minnesota (Sendero del Norte). Once senderos pueden llevar a algunos de los lugares más pintorescos en los Estados Unidos.[3]
Los senderos históricos nacionales («National Historic Trails») son designados para proteger los restos de importantes rutas terrestres que reflejan la historia de la nación. Representan los primeros viajes por todo el continente de Juan Bautista de Anza (Juan Bautista de Anza National Historic Trail), la lucha por la independencia del país (Overmountain Victory National Historic Trail); la épica de las migraciones (ruta Mormón y senda de Oregón); el desarrollo del comercio continental (camino de Santa Fe); y también conmemoran las dificultades de los indígenas norteamericanos (sendero de Lágrimas). Hay 19 rutas históricas, donde se puede caminar en las huellas de la historia.[4]