Tulostoma | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Fungi | |
División: | Basidiomycota | |
Clase: | Agaricomycetes | |
Orden: | Agaricales | |
Familia: | Agaricaceae | |
Género: |
Tulostoma Pers. | |
Especie tipo | ||
Tulostoma mammosum P. Micheli ex Fr. | ||
Tulostoma es un género de hongo de la familia Agaricaceae.[1] El género tiene una distribución mundial y aparece en zonas áridas o en suelos arenosos. Se caracterizan por un estípite distintivo con un saco de esporas subgloboso, un ostiolo apical bien desarrollado y capilicios septados de paredes que van de gruesas a delgadas.[2] El término tulostoma proviene de la palabra griega "tylos" que significa joroba, callo, uña y de la palabra latina "stoma" que significa orificio bucal.
Los cuerpos fructíferos esféricos se desarrollan bajo tierra. En esta primera etapa de su desarrollo, constan de una cáscara de dos capas (endoperidia y exoperidio), que encierran la gleba, el área interna fértil del cuerpo fructífero. Al estirar una protuberancia de los endoperidios, que sobresale a través de los exoperidios en la parte inferior del cuerpo fructífero, se crea un tallo alargado que levanta así la cabeza esférica del cuerpo fructífero del suelo. En este punto, los exoperidios se desprenden de modo que el cuerpo fructífero terminado consta de un tallo y un peridio de una sola capa que contiene el resto de los endoperidios. Los restos de los exoperidios se pueden conservar en la parte inferior de la cabeza esférica, donde se encuentra la base del tallo, que también puede pronunciarse como collar. En la parte superior de la bola se desarrolla una pequeña abertura (el peristoma), cuya forma (por ejemplo, como un tubo corto evertido con un borde recto y liso o deshilachado, pero también como una abertura que sólo se abre sin sobresalir hacia el exterior) y coloración puede ser específico de cada especie. La red de la gleba eventualmente se descompone en un capilicio pronunciado y un polvo de esporas de color gris a marrón grisáceo. La cabeza esférica de los cuerpos fructíferos tiene un diámetro de aproximadamente 3 a 30 milímetros (0,1 a 1,2 plg), según la especie. En la mayoría de las especies, los endoperidios son finos y frágiles como el papel, pero también pueden ser extremadamente gruesos y resistentes. El tallo puede ser longitudinalmente fibroso, escamoso o casi liso, blanco, marrón ocre, marrón rojizo, marrón oscuro hasta casi negro y puede tener una volva o restos rudimentarios de una volva en la base, que suele ser tuberosa y engrosada.
Las esporas de paredes algo gruesas aparecen lisas, finamente verrugosas o con adornos gruesamente verrugosos en el microscopio óptico, pero las micrografías electrónicas de la superficie de las esporas son útiles para distinguir entre especies. Incluso las esporas que parecen lisas bajo la luz muestran un ornamento que a veces es típico de la especie. Las verrugas visibles ópticamente sólo pueden analizarse de forma electrónica y con precisión en cuanto a su forma y el grado de adherencia entre sí y/o la aparición de protuberancias. Las fibras de capilicio sin hebillas son pigmentadas de hialinas que van de incoloras a marrones, tienen paredes gruesas y septadas. En algunas especies, los tabiques pueden estar notablemente hinchados. La relación entre el espesor de la pared y el diámetro de la luz es, además de la forma de los tabiques, una característica determinante importante. La pared de las fibras de capillitium puede ser lisa y desnuda o tener incrustaciones resinosas o cristales depositados. Los basidios sólo se pueden observar en los cuerpos fructíferos subterráneos y ya se han desintegrado cuando el tallo se estira. Por tanto, no se utilizan como características para la determinación del taxón.