En 2004, Hearst comenzó su marca de moda Candela en Brooklyn con solamente USD 700.[5][6] La colección estaba formada por camisetas con ilustraciones en serigrafía, que mostraban a una mujer alada sobre un caballo, diseño basado en una fotografía de su madre.[7] Dos años más tarde, la colección se extendió a prêt-à-porter y zapatos.[6]
Luego de 11 años de trabajo en diseño, Hearst se hizo miembro del CFDA[nota 1] en 2012.[8]
En 2015, la diseñadora lanzó la marca que lleva su nombre,[1] la cual ha sido considerada como competidora de la marca Hermès[9] debido a su alta calidad y al fino uso de los textiles.[10] Las colecciones se caracterizan por una producción artesanal de calidad[11] y materiales innovadores de alta gama,[2][12][13] como un forro de bolsillos que brinda protección contra la radiación emitida por los teléfonos móviles —presentado en la colección Resort 2017—,[9] el tejido de lana merino ultrafina de 14,5 micras[13] o el lino tratado con aloe, un proceso sustentable y utilitario que suaviza el lino y otorga a la tela la propiedad de humectar la piel.[14]
El primer bolso de mano de su línea fue el bolso Nina (así llamado por Nina Simone),[15] que comenzó como una edición limitada de 20 unidades,[18] que hearst obsequió a mujeres que admiraba, algunas de alto perfil como la actriz Brie Larson y la modelo Miroslava Duma[19] o a colaboradoras con quienes había trabajado, como la propietaria de la fábrica o la diseñadora de zapatos;[15] La revista Vogue informaba en 2017 de una extensa lista de espera para adquirir el icónico bolso.[18]
En enero de 2016, Hearst fue incluida en Ten of Tomorrow (los Diez del Mañana) de la revista Women's Wear Daily, una lista que agrupa la próxima generación de líderes de la industria de la moda.[2]
El 9 de septiembre de 2017, Gabriela Hearst fue agregada a Business of Fashion, un índice global de profesionales de la industria de la moda.[20]
En enero de 2019, el fondo de apoyo a «marcas icónicas emergentes» lanzado por el grupo francésLVMH invirtió en Gabriela Hearst, permitiendo a la marca extender su presencia alrededor del mundo. Desde la creación de este fondo en 2017, es la primera vez que se invierte en una marca creativa.[21][22]
Gabriela Hearst presentó su primer desfile de moda en el refectorio del High Line Hotel de Manhattan en febrero de 2017.[25][13] La colección, inspirada en Angela Davis,[26] aunque lujosa, se destacó por un enfoque opuesto al derroche de recursos.[13] La presentación se centró en una política contraria al uso del plástico como forma de minimizar el impacto ambiental,[27] en la que los asientos para el público provinieron de la casa y las oficinas de Hearst. La organización no lucrativaManos del Uruguay confeccionó almohadones de casimir con materiales sobrantes de colecciones anteriores, para uso de los asistentes al desfile,[28] mientras que siete conjuntos de ropa se confeccionaron con tejidos y materiales ya existentes.[13]
Con la colección otoño/invierno 2018, Hearst se convirtió en la primera marca en presentar bioplásticos en el embalaje de todos sus productos,[29] una alternativa compostable que es capaz de descomponerse en 24 semanas, desarrollada por la startupisraelí TIPA Sustainable Packaging.[30][31]
Para la colección primavera/verano 2020, Gabriela Hearst fue la primera marca en poner en escena una moda con huella de carbono cero. En colaboración con la firma Bureau Betak y la consultora internacional EcoAct, Gabriela Hearst logró reducir la huella de carbono de su presentación.[32] Ello fue posible mediante la contratación de modelos que no tuvieron que utilizar vuelos comerciales, la utilización de servicios de cáterin que ofrecen comida local y estacional, y la reducción en el uso de tecnología tras bastidores.
A ello se suma la compensación de emisiones que la firma logrará a través de la donación de los costos asociados a la producción al Proyecto Hifadhi-Livelihoods en Kenia, un país al que Hearst ha viajado en su colaboración con Save the Children. Con estas donaciones, se proporcionarán cocinas eficientes a familias de los condados de Embu y Tharaka-Nithi para así reducir el uso de madera y los gases peligrosos en la preparación de alimentos, lo que principalmente afecta a mujeres y niños.[33]
Con miras al futuro de la sustentabilidad, Hearst introdujo un sistema de trazabilidad para sus colecciones, en asociación con Eon.[nota 2] Esta identidad digital aplicada a los productos los conecta mediante un código QR que provee el origen, el material, el proceso de producción y la huella de carbono de cada prenda de ropa. Esta tecnología brinda a los clientes mayor transparencia sobre la vestimenta y una mayor comprensión de cómo reciclar los productos hacia la obtención de una economía circular aplicada a la industria de la moda.[34]
La colección otoño/invierno 2020 giró en torno al tema «desechos».[35] Por ejemplo, se fabricaron productos mediante el reciclaje de restos de kilimsturcos reutilizados para la fabricación de ropa de abrigo. Además, se readaptaron suministros en desuso y el 30 % de la colección ocupó casimires reciclados, tejidos a mano por Manos del Uruguay.[36] La decoración de la pasarela se realizó con fardos de papel triturado, como metáfora visual del tema elegido.[36]
Hearst se ha fijado la meta de utilizar un 80 % de existencias sin vender como materia prima para 2023 y abandonar el uso de materiales vírgenes para 2022.[37]
Para la Met Gala de ese mismo año, Hearst se asoció con Laura Dern para el diseño de un vestido de cortes geométricos con una cola desmontable a lunares como homenaje al estilo creado por la firma japonesaComme des Garçons.[39]
↑ abc«Gabriela Hearst». becauselondon.com(en inglés estadounidense). Archivado desde el original el 6 de mayo de 2017. Consultado el 21 de abril de 2017.