Ruta Quetzal | ||
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Tipo | Viaje iniciático, Expedición de jóvenes | |
Género | Aventura, Educación en valores | |
Fundación | 1979 | |
Nombres anteriores | Aventura 92 | |
Sede central | Galicia | |
Área de operación | Iberoamérica y España | |
Fundador | Miguel de la Quadra-Salcedo | |
Patrocinador actual | Xunta de Galicia | |
Sitio web | http://www.rutaquetzal.com | |
Ruta Quetzal (también denominada Banesto con Aventura 92, Ruta Quetzal Argentaria y Ruta BBVA en distintas etapas por motivos de patrocinio) es un proyecto de educación e intercambio cultural para jóvenes creado en 1979 por el famoso aventurero español Miguel de la Quadra-Salcedo, por sugerencia del rey Juan Carlos I de España con el objetivo de consolidar a través de la juventud los cimientos de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
A lo largo de 45 años y 33 ediciones, esta expedición iniciática, en la que se mezclan la educación en valores, la cultura y la aventura ha unido a cerca de 14.000 jóvenes recorriendo más de 20 países, siguiendo siempre las huellas de personajes cruciales en la Historia de la Comunidad Iberoamericana.
Ruta Quetzal estuvo adscrita a la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, y fue auspiciada por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). El programa también fue declarado de interés nacional por más de 30 países, estuvo avalado por la Unión Europea, y fue declarado en 1990 un programa cultural de "Interés Universal" por la Unesco.
Tras la muerte de Miguel de la Quadra-Salcedo en 2016, es su hijo Íñigo de la Quadra-Salcedo quien ha continuado este proyecto educativo desde el año 2022, combinando el estudio y la aventura, despertando un espíritu de solidaridad, esfuerzo y cooperación entre los expedicionarios, y alentando en ellos vocaciones en nuevas disciplinas didácticas.
El "espíritu rutero" que se adquiere durante la expedición perdura en los expedicionarios, que siguen llevado a cabo multitud de encuentros por todo el territorio hispanoamericano. De entre los proyectos surgidos a partir de este viaje iniciático destaca la asociación de antiguos expedicionarios Aventura Quetzal.[1]
A lo largo de los años, los requisitos de participación para formar parte de la expedición variaron considerablemente. Para participar en la última edición de la Ruta Quetzal, debían cumplirse los siguientes requisitos:
Los candidatos debían realizar un trabajo escrito o un trabajo musical, relacionado con uno de los temas presentados, y un proyecto de emprendimiento social. Estos trabajos eran revisados por un jurado de la Universidad Complutense de Madrid, que los corregía uno a uno y los valoraba con una nota final. Adicionalmente, a partir de 2015 se tuvieron en cuenta los expedientes escolares para obtener la decisiva nota final. Normalmente, el plazo de admisión de trabajos empezaba en los meses de octubre y noviembre, y acababa en febrero.
Los ruteros debían ser, además, personas con inquietudes culturales, históricas y deportivas: jóvenes con ganas de participar en el intercambio humano-cultural que se daba durante la expedición y que tuvieran ganas de vivir una aventura. La intención de su fundador y creador, Miguel de la Quadra-Salcedo, fue siempre que este programa supusiera un viaje iniciático para los jóvenes participantes, una experiencia formativa radical y determinante en su proceso de maduración. Él mismo declaró: los chicos salen de sus casas siendo niños de 16 y 17 años y vuelven como verdaderos hombres que pasaran a ser el futuro más radical en sus países, dirigiendo empresas, como líderes de sus comunidades indígenas, investigadores, etc.
Las plazas se repartían en función de la pertenencia de los candidatos a tres grupos diferentes: hijos de empleados de BBVA, candidatos de los países invitados a participar y embajada de la discapacidad (reservado para aquellos expedicionarios con una discapacidad igual o superior al 30%). Cada grupo tenía un cupo de plazas, y los ruteros eran seleccionados por estricto orden de nota final, conseguida con el trabajo presentado.
Alrededor de 200 nuevos ruteros eran seleccionados en cada edición.
En antiguas ediciones, la edad de participación estaba comprendida entre los 16 y 17 años, pero en 2015 se decidió cambiar el grupo de edad de los participantes. Asimismo, se limitó el tipo de trabajos que podían presentarse a solo dos, musical y de investigación, dejando de lado los trabajos artísticos y literarios, y se incluyó otro nuevo trabajo de carácter obligatorio: un proyecto de emprendimiento social, relacionado con uno de los cuatro ámbitos propuestos por la organización: salud, economía colaborativa, nuevos modelos de aprendizaje o ecología. La edición de 2013 fue la última en que se invitó a participar a jóvenes de países europeos que no fueran España o Portugal.
El número de participantes varió desde los 400 del año 1992 hasta los 150 del 2016.
En sus primeras ediciones, los participantes eran seleccionados a través de un concurso de televisión emitido en La 2 de Televisión Española.
La expedición solía tener una duración de un mes, entre julio y agosto. Se desarrollaba en régimen de campamento: durante toda la expedición, los ruteros vivían en tiendas de campaña y debían llevar consigo sus objetos personales en mochilas. Los expedicionarios se dividían en grupos, capitaneados por un monitor, y a cada rutero se le asignaban unos compañeros de tienda.
Este viaje tenía dos etapas diferenciadas: una fase americana, que se desarrollaba en uno o diversos países de Iberoamérica, y otra española, que se llevaba a cabo en una zona determinada de España. Durante el viaje, los ruteros estudiaban aspectos de la historia y cultura común de ambas regiones.
El programa académico era una parte fundamental de todas las ediciones, ya que la expedición al completo se sustentaba en él y el itinerario seguía las huellas de los personajes fundamentales para la historia de las tierras visitadas. Este programa académico estaba a cargo de la Universidad Complutense de Madrid, y pretendía impulsar la unión de los pueblos y la consciencia histórica, así como la relación con las nuevas tecnologías y la ciencia.
Durante el viaje se impartían cursos, seminarios, talleres, conferencias y coloquios sobre diversos temas, a cargo de ponentes de excelencia, tanto de la Universidad Complutense de Madrid como de universidades americanas. También lo hacían personalidades locales, como dirigentes o artistas, para mantener una pluralidad que pudiera abrir la mente de los jóvenes. La arqueología, antropología, biología, etnografía y la zoología, entre otras disciplinas, formaban parte del plan didáctico previsto para cada edición a través de diversos seminarios, así como talleres sobre nuevas tecnologías, informática, televisión, periodismo, fotografía, artesanía, astronomía, submarinismo, ciencias del mar, música y emprendimiento social, que en los últimos años cobró gran importancia.
Al finalizar cada viaje, el programa académico se cerraba con una entrega de diplomas a los expedicionarios, celebrada en un acto de clausura presidido por la Universidad Complutense de Madrid.
Algunos personajes como Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa, Emilio Butragueño, Pedro Duque, Julio Iglesias y Silvio Rodríguez han sido conferenciantes y profesores del programa. A lo largo de sus más de 30 ediciones, los expedicionarios también han sido recibidos por diversos políticos como José María Aznar, Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono, Fidel Castro, Vicente Fox, Manuel Fraga, Pilar del Castillo, Mireia Moscoso, Alberto Fujimori, Alan García o Juan Pablo II.
Todos los años eran recibidos además por SS.MM. Los Reyes de España en audiencia privada, uno de los momentos más emotivos de cada edición.
Especial atención se prestaba igualmente al desarrollo de actividades deportivas, que contribuían al fortalecimiento de vínculos personales entre los expedicionarios. El programa deportivo era impartido por especialistas del Instituto Nacional de Educación Física y contaba con el apoyo del Consejo Superior de Deportes. Eran esenciales las marchas y excursiones que se llevaban a cabo durante toda la expedición, y que servían para conocer la fauna y flora autóctona.
Asimismo, la música estaba muy presente a lo largo del desarrollo de cada expedición. "Los Titiriteros" (Julio, Tonet y Salva, los titiriteros del grupo “Libélula”) despertaban cada mañana a los ruteros con su tambor y su dulzaina, amenizaban todas las veladas con su música y animaban a los jóvenes en los momentos más duros de las caminatas.
El Aula de Música era también una parte muy importante de la Ruta. Compuesta por los ruteros con alguna habilidad para tocar instrumentos o cantar, el Aula de Música comenzó en el año 2001 una nueva andadura bajo la dirección de la instrumentista e investigadora de la música española del renacimiento y el barroco Alicia Lázaro. Desde ese momento y hasta la última edición, la nueva formación musical del programa ofreció conciertos a lo largo de cada expedición, así como actuaciones benéficas y homenajes musicales dirigidos por la propia Alicia Lázaro y su hermano Javier, o los expedicionarios Iliana Sánchez, Víctor Casanova y Borja Juan, convirtiéndose este último en responsable del Aula de Música a partir el año 2010. En cada edición, los grupos de cámara y el coro de la Ruta tenían la oportunidad de descubrir la música que sonaba hace quinientos años, el nacimiento del Barroco musical americano y la música de raíz popular de ida y vuelta.
El resumen de la aventura se comenzó a emitir en el programa de título homónimo, presentado en una primera temporada por Miguel de la Quadra-Salcedo e Inka Martí.[2] La copresentación recayó en años sucesivos en Verónica Mengod (1990) y Silvia Andrés (1991). Después, el programa fue presentado alternativamente por un narrador, por el mismo De la Quadra-Salcedo y también por diferentes expedicionarios que se convertían en reporteros por un día.
En las últimas ediciones, la aventura era grabada y posteriormente emitida en La 2, que también se podía ver en línea en RTVE.es.
En la última edición de 2016, estos eran los países invitados a participar en la expedición:
En ediciones anteriores, estos países también fueron invitados a participar en la expedición:
Estas son las expediciones de Ruta Quetzal:
El nombre y logotipo de este proyecto ha variado mucho al largo del tiempo, pero sus características y su fundador, Miguel de la Quadra-Salcedo, así como los valores que promueve, se mantuvieron estables a lo largo del tiempo: el intercambio cultural, el autoconocimiento y la aventura.
Hasta 1992 el nombre del viaje y del programa de televisión era Aventura 92, y en un principio el programa conmemoraba el próximo V centenario del descubrimiento de América. Su principal patrocinador era Banesto, y el El Corte Inglés financió la primera edición.
A partir de 1993, el programa fue denominado Ruta Quetzal. Hasta la expedición de 1993, y con la excepción de la de 1992, el viaje entre España y América se realizaba en barco (en el J.J. Sister, un ferry de Trasmediterránea que normalmente realizaba trayectos entre Canarias y la península ibérica, y que para la ocasión era rebautizado como "Guanahani").
Desde 1994 el viaje se realiza en avión y contó con el patrocinio inicial de Argentaria y, después, de BBVA.
A partir de la edición de 2001, el nombre se cambió a Ruta Quetzal BBVA.
En noviembre de 2013 la expedición pasó a llamarse Ruta BBVA, lo cual generó varias críticas en la comunidad de antiguos ruteros ya que se eliminaba del nombre la palabra "quetzal", fuerte seña de identidad y símbolo reconocido de la expedición.
Edición 2011
Bajo el nombre de "La aventura de Martínez Compañón en Perú - Del desierto moche a la Selva Amazónica" la expedición de Ruta Quetzal 2011 viajó a lo largo de 35 días por Perú, España y Portugal.
En Lima fue recibida en el Palacio del Gobierno del Perú por el presidente Alan García. Tras visitar el Palacio Presidencial, el Museo de la Nación, la Basílica de San Francisco, la Plaza de Armas, el Parque de La Muralla y caminar un poco por algunas calles de Lima, los 225 expedicionarios (134 españoles y 91 representantes de 50 países) iniciaron su recorrido por Perú rememorando la figura y los pasos del ilustre obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón.
En Perú visitaron lugares tan emblemáticos como Pachacámac, la Huaca de la Luna, la Huaca de El Brujo, Huanchaco, Chan Chan, Trujillo, Museo Nacional Sicán, Lambayeque, Museo de las Tumbas Reales de Sipán, Chiclayo, Tingo, Bagua Grande, Kuélap, catarata de Gocta, Chachapoyas, Huancas y Zaña. Profundizaron en el estudio de la cultura moche. Asistieron a diferentes conferencias y participaron en interesantes talleres.
De vuelta a España, en Madrid, la mitad de la expedición visitó el Palacio Real y la otra mitad el Museo del Prado. Seguidamente los ruteros viajaron a Segovia donde realizaron la marcha de el Reventón y posteriormente recorrieron la ciudad. Nuevamente en Madrid visitaron el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Museo Naval. Partieron para Navarra, llegando a Fitero, Genevilla, Cabredo, Marañón, parque natural de Urbasa y nacimiento del río Urederra.
En la localidad donostiarra de Pasajes embarcaron en el buque "Castilla (L-52)" de la Armada Española. Realizando un primer desembarco en Guecho, visitaron el puente colgante de Bilbao, Museo Guggenheim, Gordejuela, Quejana y Pobeña. Tras nueva navegación llegaron a Cantabria, pasearon por Santander y pudieron admirar la cueva de El Soplao, para continuar hasta los Picos de Europa, recorriendo a pie diversos lugares en medio de un paisaje espectacular. En Asturias la expedición visitó Avilés y su Centro Oscar Niemeyer para embarcar nuevamente en el buque "Castilla (L-52)" rumbo a Galicia.
Tras fondear en Marín, los ruteros tuvieron el encuentro con los entonces Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia (hoy reyes de España) en la Escuela Naval, continuando navegación hasta Lisboa, donde pudieron recorrer un poco de la ciudad, bañarse en la playa de Sao Joao y asistir a la interesante exposición "Ecos do fado na Arte Portuguesa", finalizando la visita en la Torre de Belem.
Tras despedirse de la tripulación del buque de la Armada Española con el que compartieron 9 días, los expedicionarios llegaron hasta Trujillo para la celebración de los 500 años del nacimiento de Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas, así como para el homenaje al director de la Ruta Quetzal, Miguel de la Quadra-Salcedo, en reconocimiento a una vida dedicada a acercar las orillas que unen el viejo continente con Iberoamérica a través de la juventud. De vuelta a Madrid, los ruteros recibieron sus diplomas expedidos por la Universidad Complutense, finalizando oficialmente Ruta Quetzal 2011.
- La 2 de TVE emitió una serie de 13 capítulos, que puede verse AQUÍ.
- La 2 noticias, con su presentadora Mara Torres al frente, emitió en fechas 24.06.2011 / 27.06.2011 / 05.07.2011 y 13.07.2011 dentro de los informativos breves reportajes sobre Ruta Quetzal 2011.
Bajo el nombre de "El Misterio de los Caminos Blancos Mayas", los expedicionarios del año 2010 recorrieron México, España y Portugal. Con esta edición se cumplen 25 años de la Ruta. Es también el año del bicentenario de la independencia de México y Año Santo Compostelano.
La ruta mexicana se inició en Veracruz, y recorrió los caminos abiertos por los primeros mayas en la costa atlántica de México. Los ruteros pudieron conocer y estudiar las culturas totonaca, olmeca y maya. Visitaron los enclaves arqueológicos de Tajín, Comalcalco, Edzná, Uxmal y Chichén Itzá. Participaron en la celebración del bicentenario de la independencia de México, a la que asistieron ocho de los mayores veleros buques-escuela del mundo. Estudiaron el cultivo e industrias de la vainilla y el cacao, enterándose de que este último fue utilizado como moneda.
Visitaron los tesoros arqueológicos de la ciudad de Villahermosa, y realizaron la travesía de un infierno verde, de "Kolem Jaa" a "Agua escondida", atravesando un bosque tropical húmedo bajo un fuerte diluvio y un calor infernal. En Orizaba, rememoraron la figura de la monja alférez, Catalina de Erauso. Visitaron Córdoba, Campeche, Mérida, Valladolid e Izamal. Pudieron aprender cómo se explotan y usan diversas plantas y productos tradicionales y de dónde se extrae el chicle. Hicieron escala en la reserva de la biosfera de Río Lagartos. El programa académico mexicano concluyó con la visita a la ciudad de Ek Balam y su acrópolis, donde confluyen cinco caminos blancos.
En España visitaron Segovia, El Burgo de Osma, Ávila, el puerto de Tornavacas, Trujillo, el enclave romano de Baelo Claudia (Bolonia) y Cádiz, donde pudieron conocer los cambios que supuso para España y para América "la Pepa", la Constitución de 1812. Navegaron en el buque "Galicia (L-51)" de la Armada Española entre Lisboa, Ferrol y La Coruña. Realizaron a pie una parte del trayecto del Camino de Santiago. En Santiago de Compostela celebraron el Año Xacobeo y en León el XI Centenario de la Creación del Reino de León y la Constitución de las primeras Cortes Leonesas.
Bajo el nombre de "Rumbo a la Isla de Robinson Crusoe. La Tierra de Juan Fernández en Chile", la expedición volvió después de varios años al Cono Sur.
Ruta Quetzal BBVA 2009 viajó a Chile siguiendo los pasos del marino español Juan Fernández, que, hacia 1574, descubrió en el Océano Pacífico, las islas que bautizaron con su nombre. En 1709, de esas mismas islas fue rescatado el náufrago escocés Alexander Selkirk, tras cuatro años de penurias que inspiraron el personaje de Robinson Crusoe al escritor Daniel Defoe.
Los expedicionarios estudiaron la fauna y la excepcional flora de este archipiélago y recorrieron, entre otras, las ciudades de Santiago, Valparaíso, Temuco y Villarrica profundizando en la historia del descubrimiento del país, a través de personajes como Túpac Yupanqui, Magallanes, Almagro y Valdivia, durante un año, 2009, que ha sido declarado como Año Internacional de la Astronomía coincidiendo con los 400 años de las primeras observaciones astronómicas con catalejo, realizadas por Galileo Galilei en 1609.
La organización de Ruta Quetzal BBVA, con motivo de la pandemia de gripe A, hizo que la expedición cambiara sus fechas por la etapa en Chile para el mes de diciembre, haciéndose extraordinariamente una ruta en dos partes: la primera por España en julio, y la segunda por Chile en diciembre.
Bajo el nombre de "La Selva del Río de los Cocodrilos. Panamá - Río Chagres", los expedicionarios del años 2008 realizaron un recorrido por los tres grandes caminos que se abrieron desde el reinado de Carlos I para conectar los dos océanos: el camino Real, el camino de Chagres y el camino de Cruces. La Corona, con la intención de asegurar, concentrar y proteger estas vías, construyó varias fortificaciones que fueron visitadas por los ruteros, entre las que destaca Portobelo, donde se dice está enterrado Francis Drake.
La exuberante naturaleza de Panamá fue uno de los principales objetivos de análisis de esta edición de la Ruta.
Tras su paso por Panamá, los jóvenes, pertenecientes a 56 nacionalidades, llegaron a España, donde visitaron varias ciudades y pueblos y como en todas las ediciones, pudieron llevar a cabo una reunión con los reyes de España.
Como el 2008 era el año del agua, pusieron especial énfasis a la influencia de ríos tanto en Panamá como en España, visitando en este último país las ciudades de Cuenca, Albacete, Toledo, Madrid, Valladolid, Zamora, Soria y Zaragoza.
Bajo el nombre de "La Huella de la Nao de la China en México", la vigésima segunda edición de Ruta Quetzal celebró el año de España en China y la influencia del comercio entre América y Asia, siguiendo la estela que dejó la "Nao de la China" durante cerca de 250 años por tierras de México y España.
En su etapa por México, se recorrieron más de 300 kilómetros de la costa del Pacífico entre Acapulco y Playa Azul. Desde las costas de Michoacán se viajó hasta Morelia, patrimonio de la humanidad, para luego escalar el volcán más joven del mundo; el Paricutín.
Entre otras, se recorrió Puebla, Guanajuato, Querétaro, Zihuatanejo o Ciudad de México, donde los expedicionarios se pudieron empapar de la cultura mexicana en variadas facetas, tanto al escalar el volcán, al hacer caminatas y al compartir con su gente.
En España el viaje se inició en Castilla-La Mancha recordando a Cervantes, continuó en Castilla y León navegando por el Canal de Castilla hasta Frómista y en Soria se rememoró al poeta Antonio Machado a orillas del río Duero, para posteriormente tomar un tren con destino a Valmaseda ubicado en los verdes paisajes del País Vasco.
En Segovia se visitó el acueducto y en Bilbao se celebraron los 150 años del banco BBVA, año en que también se cumplieron los 150 años de la llegada del agua a la capital por el Canal de Isabel II.
Bajo el nombre "A las Selvas de la Serpiente Emplumada, las ciudades perdidas de los Mayas", la vigésimo primera edición de este programa cultural, visitó Guatemala en su etapa por América, pasando por Chichicastenango, Ciudad de Guatemala, Antigua Guatemala, el volcán de Pacaya, Rabinal, Cobán y Tikal, entre otros lugares. Posteriormente cruzó la frontera para entrar en Belice, donde pasó por Ciudad de Belice y estableció su base durante tres días en el atolón de Cayo Corker, situado muy cerca del gran arrecife de coral caribeño.
La Ruta Quetzal finalizó su etapa americana pasando por México, donde visitó el Estado de Quintana Roo y terminó en Cancún.
En la segunda etapa, por España, se recorrió Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra conmemorando el V Centenario de la muerte de Colón y el nacimiento de San Francisco de Javier.
Los expedicionarios fueron recibidos en audiencia por el presidente de la República de Guatemala, Oscar Berger, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, los presidentes de los gobiernos autonómicos de Castilla y León, Navarra, La Rioja, el vicepresidente de Castilla-La Mancha y S.S. M.M. Los Reyes de España.
Bajo el nombre "De los volcanes Mexicanos a la 'Traslatio'. V Centenario de la Muerte de Isabel I de Castilla" visitó México, España y Portugal. En su trayecto mexicano las líneas temáticas fueron: la vulcanología y el 'Tata' Vasco de Quiroga. Con España se compartió el tema del Bicentenario de la Expedición de la Viruela. En España los expedicionarios fueron recibidos por SS. MM. los Reyes el día 12 de julio en el Palacio Real de El Pardo. Posteriormente, a través de Castilla y Andalucía, siguieron, en el V centenario de la muerte de Isabel de Castilla, el recorrido de su cortejo fúnebre hasta Granada. Tras embarcar en Huelva y su paso por Lisboa y Oporto llegaron a bordo del Buque de asalto anfibio L51 'Galicia' a Padrón, finalizar el Camino de Santiago en Año Santo.
Tras la expedición, muchos de los participantes (o "ruteros") se organizaron en asociaciones de antiguos expedicionarios, lo que les permite llevar a cabo encuentros y quedadas cada cierto tiempo. Existen dos tipos de encuentros, los oficiales, impulsados por la propia organización de la Ruta Quetzal, y los extraoficiales, más numerosos, organizados por la comunidad rutera hispanoamericana.
Se han llevado a cabo un total de siete encuentros oficiales, en Valencia (2001), Toledo (2003), Navarra (2005), Cantabria (2007), Huelva (2009) y Madrid (2011) reuniendo a más de 700 personas cada uno. El último encuentro oficial tuvo lugar en Santiago de Compostela en 2017.
Muchos expedicionarios forman parte de una asociación legalmente constituida, y organizan encuentros y quedadas con cierta periodicidad. Estas actividades suelen estar organizadas por ruteros que residen cerca del lugar designado para acoger el encuentro, y se financian con el dinero que pagan los propios expedicionarios por asistir. La cuota suele incluir el alojamiento, los desayunos y un recuerdo del encuentro, que suele ser una camiseta, una sudadera o un pañuelo tubular.
A lo largo de la historia de Ruta Quetzal, se han organizado los siguientes encuentros internacionales:
Estos encuentros internacionales tienen una periodicidad bianual y la sede es elegida por los propios asistentes al encuentro entre las sedes candidatas. Estos encuentros tienen una asistencia media de 150 a 200 expedicionarios, y una duración de 15 a 20 días, en los que bajo un eje conductor se tratan temas de la realidad latinoamericana y del país.
Tradicionalmente, se celebran cuatro encuentros no oficiales en España:
En la actualidad, estos cuatro encuentros anuales ya no se celebran. La única asociación que queda en activo es Aventura Quetzal, que organiza el encuentro estival desde 2016, variando cada año su itinerario y visitando distintas zonas de la península ibérica de especial interés. Esta asociación también recoge y apoya iniciativas de ruteros y ruteras que, a título personal, organizan pequeños encuentros en sus localidades natales, u organizan quedadas de cariz cultural y/o deportivo por su cuenta.
Existen diversas asociaciones legalmente constituidas, formadas por y para ruteros. Ha habido muchas a lo largo de los años, y solían ser periódicamente renovadas por las nuevas generaciones de ruteros que se unían a ellas.
Como parte de la influencia de la Ruta Quetzal, diversos proyectos han florecido tratando de mantener vivo el espíritu de intercambio cultural y aventura que en su día promoviese Miguel de la Quadra-Salcedo. Actualmente, destacan diferentes iniciativas inspiradas en la Ruta Quetzal y que recogen el testigo de este viaje iniciático: la Ruta Inti, la organización Intrips y la expedición Euskarabentura.
El 8 de mayo de 2023 fue inaugurado[4] el Museo de la Ruta Quetzal de Santervás de Campos. Esta colección museística rinde homenaje a la figura de Miguel de la Quadra-Salcedo y al programa Ruta Quetzal a través de una colección de más de 500 trabajos que los aspirantes presentaron para optar a una plaza en el programa a lo largo de sus 31 ediciones.
El museo cuenta con una página web en la que puede encontrarse la colección digitalizada, y ofrece tanto a los visitantes como a los internautas la oportunidad de colaborar en el recorrido expositivo, proporcionando información de primera mano sobre las piezas expuestas.
La creación del museo fue posible gracias a la asociación Aventura Quetzal, que llevó a cabo la tarea de clasificación, catalogación, digitalización y conservación de las piezas expuestas de manera completamente desinteresada, en tan solo tres días del verano de 2022.